Para la mayoría resulta incomprensible que los dueños de equipos y el sindicato de jugadores de la NBA no hayan podido lograr un acuerdo económico, lo que mantiene en jaque la próxima temporada.
Es inexplicable que después de meses de negociaciones, donde se han analizado todos los permenores económicos, no haya sido posible arribar a un acuerdo satisfactorio.
Mirando las posiciones desde lejos, se puede colegir que ya el asunto tomó ribetes personales, por una parte, el Comisionado David Stern, y por otra el sindicato de jugadores liderados por el director ejecutivo del sindicato Billy Hunter. Será por esa batalla a muerte que vienen librando que nadie quiere dar su brazo a torcer.
Tras tantos diálogos infructuosos en las negociaciones ya nadie pone en duda que es inminente el peligro de que se suspenda por completo la temporada 2011-2012.
Aunque no pueden admitirlo en la actual coyuntura, los mayores riesgos lo corren los jugadores que tienen contratos garantizados, ya que los dueños han amenazado con acudir a la justicia para no cumplirlos, lo que sería un golpe mortal. La verdad es que en este caso, la ambición rompe el saco.