Héroes anónimos

Héroes anónimos

Héroes anónimos

Ana Blanco

Siempre he dicho que este país funciona gracias a ellos. Esos héroes anónimos que toman iniciativas grandes o pequeñas que impactan a su alrededor.

Son ciudadanos de acción que no se amedrentan por las dificultades sino que buscan la forma de superarlas.

Tienen, la mayoría de las veces, mucho ingenio, sabiduría y ante todo una verdadera voluntad de lograr un cambio. Pero hay algo más que para mí los diferencia, poseen ese liderazgo que solo llega del desprendimiento, la solidaridad y la empatía.

Anteponer el bienestar de otros antes que el propio. Esas son las personas a las que admiro profundamente.

Esta semana me ha tocado compartir con alguien así. No son tan anómimos, porque utilizan las redes sociales para lograr el cambio.

Hablo del equipo de Jompéame, personas jóvenes que decidieron hacer una plataforma de recaudación de dinero para ayudar a personas muy necesitadas con nombre y apellido.

Pude colaborar en la iniciativa #mujeresqueluchan, a la que llegué gracias a la revista digital @revestida, de la cual formo parte, y creo que hacía tiempo no lloraba con tanta impotencia como al ver la historia de Gladys, más cuando vi el resto de historias de Jompéame.

Me atrevo a escribir todos estos nombres porque realmente me ha impactado el trabajo que hacen, que no sería necesario si las cosas funcionaran como deben. Pero mientras eso llega una pequeña acción puede lograr grandes cosas en personas a las que quizás nunca conozcas, pero a las que que puedes ayudar.

La solidaridad de palabra no sirve, solo queda en buenas intenciones y sentimientos. Pero cuando llega la hora de tomar las riendas, pocos son los que dan un paso adelante.

Hoy quiero reconocer a esas personas, esos héroes anónimos que todavía me hacen pensar que hay esperanza.



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