Sin lugar a dudas el estrés es parte intrínseca de nuestra cotidianidad. Lo vivimos e identificamos con nombres diversos como miedo, temor, enojo o rabia

. También lo podemos sentir físicamente a través de sudoración, latidos fuertes y acelerados en el corazón.

El estrés, como ya hemos visto antes, también es bueno cuando nos alerta ante situaciones de riesgo, pero no es de ese que hoy quiero hacerte reflexionar.

Enfoquémonos en el primero que referí porque ese tipo de estrés que puede quedarse contigo como un estrés crónico puede llevarte a una situación crítica de salud.

Si identificas esos sentimientos y síntomas frecuentemente en tu vida, probablemente estés lidiando con muchas situaciones; consecuentemente es posible que no estés cuidando apropiadamente de tu salud.
Para las personas que viven con condiciones crónicas como diabetes, estrés, ansiedad entre otras emociones, pueden impactar directamente tus niveles de azúcar en la sangre.

Las hormonas del estrés (cortisol, adrenalina) pueden hacer fluctuar el azúcar en sangre de manera irregular e impredecible.

Es crucial hacerte consciente y manejar tus estresores para estar saludable cuando vives con diabetes.
Investigadores de la salud en diferentes países han identificado que las terapias para combatir ansiedad tienen mejor resultado que los medicamentos aunque en muchos casos es necesario la combinación de ambos.

Si te sientes presa de los sentimientos y síntomas enunciados como parte de la ansiedad, visita un especialista, busca la ayuda necesaria. Por tu cuenta también puedes realizar actividad física: la que prefieras, pero mantén el esqueleto en movimiento.

Toma tiempo para descansar apropiadamente, divertirte sanamente, controlar la ingesta de alcohol o fármacos sin receta, y asegúrate de consumir suficientes frutas, vegetales entre otros alimentos que te proporcionen una dieta balanceada.