Episcopado dice la corrupción tendrá niveles impredecibles

Episcopado dice la corrupción tendrá niveles impredecibles

Episcopado dice la corrupción tendrá niveles impredecibles

Santo Domingo.-La Conferencia del Episcopado Dominicano hizo un recuento de documentos emitidos por esa entidad referentes a la corrupción administrativa, lo cual demuestra lo recurrente que ha sido este tema y lo consistente en las discusiones públicas sin que se observen muchos cambios en los aspectos enfocados.

Los obispos dominicanos anunciaron que en su reunión ordinaria bimestral pasada decidieron recordar a la nación algunos pronunciamientos con relación al tema para rememorar así el Día Internacional Contra la Corrupción.

El primer fragmento fue extraído del mensaje de los obispos de diciembre de 1975, hace 40 años, en el que indicaban que la corrupción había llegado a adquirir niveles indecibles.

“Es lamentable tener que confesar que, entre nosotros, la corrupción va llegando a adquirir niveles indecibles. Casi todo lo invade, y lo que es peor, va obteniendo carta de impunidad y de descaro público”, indica un fragmento del texto.

En esa oportunidad los obispos indicaban que en la administración pública la corrupción es más execrable, ya que el empleado del Estado es un servidor del pueblo y administrador de bienes comunes.

Luego se retrotraen a un mensaje emitido el 27 de febrero de 1995, hace 20 años, en el que indicaban que el tema de la corrupción era tan socorrido que en ese momento no había entrevistador que se les acercara a los obispos sin que le preguntara sobre la cuestión.

“Corruptos individualmente los va haber siempre, dada la flaqueza y avaricia humanas. Lo inquietante, lo desgarrador, es cuando la corrupción se torna “cultura”, modo común de un pueblo, estilo de vida, de enfrentar la existencia, de resolver problemas fundamentales.

Es nuestro caso”, puntualizaba ese escrito.

Recordaban en esa oportunidad a los católicos que: “La honestidad e integridad es una exigencia de la mera ética natural. Y para los católicos es además una urgencia ineludible de su fe viva. No se puede ser hijo de Dios y hermano de los que nos rodean con un corazón corrupto”.

Finalmente, la Conferencia del Episcopado Dominicano recordó su mensaje emitido el 27 de febrero del presente año, en el que también hacían referencia a la corrupción.

“La política es vista más como un negocio que como un servicio al bien común. En este juego sucio de intereses políticos, los únicos perjudicados son los ciudadanos de la clase media y baja, que son la mayoría de la población”, puntualiza.

“Más que institucionalización para el bien común, el Estado se convierte entonces en fuente de inequidad a través de la corrupción, que se utiliza no sólo para el enriquecimiento personal, sino como una plataforma de financiamiento de la actividad política.

De no castigarse ejemplarmente los casos de corrupción en el Estado, no se podrá esperar de la mayoría de la población un uso honesto de los bienes públicos ni una actitud de colaboración en beneficio de la convivencia ciudadana”.

Los obispos dominicanos respaldan sus reflexiones sobre la corrupción haciendo acopio a la Bula del papa Francisco “Misericordiae vultus” (El rostro de la misericordia), en el que alude al tema de la corrupción e invita a la conversión.

En ese documento de este año, que forma parte del Magisterio de la Iglesia, el Sumo Pontífice califica a la corrupción como una “llaga putrefacta de la sociedad”, la cual califica como “un grave pecado que grita hacia el cielo, pues mina desde sus fundamentos la vida personal y social”.

El papa Francisco afirma que “la corrupción impide mirar el futuro con esperanza, porque con su prepotencia y avidez destruye los proyectos de los débiles y oprime a los más pobres”.

Corruptos habrá siempre

Los integrantes de la Conferencia del Episcopado Dominicano reafirmaron que la corrupción es producto de la flaqueza y la avaricia de los seres humanos, por lo que creen que siempre existirá en el el país.

Sin embargo, advirtieron que lo inquietante y desgarrador es cuando este mal se convierte en una cultura.



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