Endeudamiento
La palabra “endeudamiento” tiene una historia muy particular y escabrosa a lo largo y ancho de todos los gobiernos dominicanos; y de manera particular los que surgieron en las últimas seis décadas de vida republicana.
La palabra la usa la oposición como advertencia. ¿Y para qué advierte la oposición? Tiene el propósito de que hagamos conciencia. Está dirigida no solo a los que administran el dinero público.
También a todos los que aportamos ese dinero, cada mes y todos los años, por diferentes vías, en forma de impuestos.
No es un secreto para nadie que a un alto endeudamiento público siguen grandes y dolorosos ajustes. Pasa con una familia y pasa con el Estado, cuando se gasta por encima de los sueldos o los impuestos recaudados. La familia, para llegar a final de mes toma dinero prestado. El Estado, para cubrir la deuda del déficit fiscal de cada año recurre a la emisión millonaria de bonos.
El endeudamiento tiene un tope; y ya son muchas las voces de advertencia, y de diversos sectores, que escuchamos a diario. Ante esta situación, el Gobierno guarda silencio, pero los legisladores, los “honorables” diputados y senadores no dejan de levantar las manos “en primera lectura” para aprobar préstamos de alta implicación para el futuro del país. Abogamos por otra vía.
Estamos a tiempo. Llegó la hora de que empecemos a utilizar con mayor frecuencia dos palabras; y son: ahorro interno. Si hay voluntad podemos conseguir una mejor economía para el país. Y con una economía buena ganamos todos.
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