En nombre de la Patria y las leyes

En nombre de la Patria y las leyes

En nombre de la Patria y las leyes

El mes que dejamos atrás tuvo una importancia vital. Hubo tres escenarios con discursos: El Altar de la Patria, a través de los actos conmemorativos de la Independencia Nacional; el Poder Ejecutivo, mediante la rendición de cuentas al país, y el inicio de la vacunación masiva por parte del ministerio de Salud Pública, para detener el avance del coronavirus.

Todos, desde sus particulares objetivos, apuntalan una realidad de progreso.

Esa realidad de progreso tuvo como puntos en común la salud del pueblo, los valores de la dominicanidad y el camino correcto que debe seguir o mantener el Gobierno en beneficio del desarrollo de la nación. Afortunadamente, desde todos los escenarios, impera el discurso del optimismo. Hacia dónde debemos caminar.

Indudablemente que contamos con las mejores intenciones, con discursos de buena voluntad, con planes y promesas a la orden del día y, sobre todo, con oídos atentos, con ojos que escudriñan más y voces de alerta que advierten a tiempo, para que no se pierda del todo el rumbo, o se pueda corregir a tiempo cualquier entuerto.

La historia nos guía. Acabamos de celebrar días fastos por el 208 aniversario del natalicio de Juan Pablo Duarte, el 177 aniversario de nuestra independencia, y de manera especial, el 205 aniversario del nacimiento de Ramón Matías Mella, quien convirtió su espada en “la divisa del honor y del deber”.

El cierre del mes de febrero, con una visión desde el Estado, estuvo en la voz del presidente Luis Abinader, con la rendición de cuentas ante la Asamblea Nacional. Se trató de una visión optimista.

El programa de homenajes que hace la Comisión Permanente de Efemérides Patrias –con la conmemoración del natalicio de Francisco del Rosario Sánchez, el 9 de marzo– nos hace volver los ojos a las acciones y valor de los hombres que nos legaron la libertad. La oposición mantiene su verticalidad y su crítica también merece su espacio. Vivimos tiempos de pluralidad.

El país necesita, con este plural concierto de voces, avanzar hacia un futuro de verdad y férrea certidumbre, y como ya hemos dicho antes: donde prime el imperio de la ley y el respeto absoluto de la Constitución, madre de todas las leyes.



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