La gestión emocional es un conjunto de procesos psicológicos que permiten que una persona identifique y modele sus emociones.

De eso se trata al hablar de gestionar emociones, vital para una vida sana y con bienestar.
Las emociones son una respuesta mental, corporal y conductual del organismo ante un evento; o sea, son respuestas psicofisiológicas que se desencadenan en el cuerpo en respuesta a estímulos tanto internos como externos.

La emoción es un impulso para la acción según Daniel Goleman (psicólogo teórico de la inteligencia emocional). Estas son reacciones orgánicas de supervivencia y adaptación.

Charles Darwin (el padre de la teoría de la evolución), planteó que las emociones existían mucho antes que el lenguaje y que la mayoría de las emociones conocidas las experimentan también un gran grupo de animales irracionales.

Las emociones primarias son: alegría, tristeza, ira, miedo, sorpresa y asco. Son innatas y universales. Las secundarias: culpa, celos, angustia, incertidumbre, soledad, indignación, resignación. Son aprendidas, dependen del entorno y la cultura.

Las emociones preparan al organismo para distintos tipos de respuesta, poniendo en alerta y preparándonos para actuar. La intensidad de la emoción es diferente en cada persona y situación.

Cada emoción tiene una función determinada en el organismo y gestionarlas lleva a mayor dominio del carácter, tomar decisiones más adecuadas y a flexibilizar y moderar la conducta.

Gestionamos emociones cuando observamos como surgen, las aceptamos, las expresamos, nos ponemos en contacto con ellas y tomamos acciones para manejarlas.
Es importante además de autorregular nuestras emociones, identificar y comprender las de los demás.