El súper negocio de los medicamentos

Está más que comprobado que la industria farmacéutica tiene el privilegio de que todos los segmentos de población a nivel mundial, de un modo u otro son consumidores de medicinas. Millones de personas, de todas las edades, por alguna situación de salud y por prescripción médica, dependen a diario de uno o más medicamentos para poder sortear su existencia en el plano terrenal.
Cada día que transcurre, cientos de millones de dólares se gastan en el mundo en la adquisición de analgésicos, antidepresivos, antibióticos, antihipertensivos, antiviral, antipiréticos, antiinflamatorios, antihistamínicos, antipiréticos, antidiabéticos, antirrítmicos, etc.
La inmensa legión de pacientes consumidores la integran pensionados, empleados, empresarios, profesionales, trabajadores informales, amas de casa, desempleados, estudiantes, recién nacidos…
Eso seguirá así sin importar cuántas alzas de precios registren las medicinas que, de hecho, es práctica muy frecuente en estos tiempos, cuando la inmensa mayoría de los pacientes destinan altos porcentajes de sus ingresos a la compra de medicinas. Si a esto añadimos el pago de renta por vivienda, ahí sٕí que se complica la cosa.
A nivel global, de cada cien personas que acuden a consulta médica, al menos 90 salen con receta en mano para acudir a la farmacia. Salir de la consulta “libre de enfermedades” y con manos limpias es más que un privilegio.
Mayor cantidad de pacientes con recetas es la mejor garantía para que la industria farmacéutica sea una de las fuentes económicas más lucrativas a nivel global. Los médicos en sentido general son en gran soporte para que ello sea así.
Para que se tenga una idea de la dimensión de este negocio, el mercado mundial de fabricación de medicamentos se estimó en alrededor de US$589 mil millones en 2024, y se proyecta que crezca a US$1,203 mil millones en 2033, con una tasa de crecimiento anual de 7,41%, según publica Globe Newswire en su página de internet.
En República Dominicana el gasto total en salud, incluidos medicamentos, asciende a RD$181,428 millones (US$3,240 millones) por año, lo que equivale al 2.9% del Producto Interno Bruto (PIB).
Asimismo, en nuestro país la industria farmacéutica ha experimentado un crecimiento en la cantidad de cotizantes. Pasó de 10,147 a fines de 2014 a 14,455 a fines de 2021. A esto se agrega que hay más de 30 fabricantes de productos farmacéuticos en zonas francas.
Las familias dominicanas gastan un promedio de RD$4,208 en bienes y servicios de salud, lo que representa el 18.3% de sus ingresos promedio mensual, según datos del Banco Central. El gasto per cápita en medicamentos se estima en alrededor de US$39 al año. En EEUU es de 1,432 dólares, y Canadá de 914 dólares.
En muchas ocasiones, los costos de tratamientos y medicamentos se disparan muy por encima de los ingresos y montos que puedan disponer el propio paciente y sus allegados o parientes.
Los precios de los medicamentos en nuestro país no están regulados, lo que es lo mismo, no hay controles sobre estos. Los negocios vinculados al ramo aplican sus propias decisiones, las que nunca favorecen a los consumidores.
Sus distintos segmentos de población, con estándares de ingresos a nivel de clase media baja, media y alta destinan buena parte de sus ingresos para la compra de medicamentos. No es por gusto, sino que están obligados.
Y en esto los hay pacientes hipertensos, depresivos, diabéticos, renales, asmáticos, gastro, de osteoporosis, así como de enfermedades propias de la oftalmología, dermatología, de tiroides, psiquiátricas y abuso de sustancias; pacientes con enfermedades catastróficas, respiratorias, trastornos neurológicos, hemofilia, trastornos del crecimiento, terapia de reemplazo hormonal.
Es la de nunca acabar. Las grandes corporaciones de la industria farmacéutica disponen de un súper poder en lo que se refiere a tener un control casi absoluto de la población en el mundo.
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