El clima sigue en crisis
La Cumbre del Clima, denominada COP25, acaba de finalizar en Madrid, España, y se convirtió en la convocatoria mundial con mayor cantidad de voces en discrepancia sobre un mismo tema.
Entre los convocados y asistentes hubo 121 países, 398 ciudades, 786 empresas y 16 grandes inversores y mayores agresores del clima, a nivel global. Esa impresionante cantidad de participantes no alcanzó el consenso de calidad y los objetivos que se buscaban, a mediano y largo plazo.
Chile, que originalmente era el país anfitrión de la actividad, retuvo la presidencia en España y gran parte de la responsabilidad en las conclusiones finales.
País que, a la vez, puso la mayor nota disidente, cuando planteó su desacuerdo con los resultados alcanzados y que consideró insuficientes para enfrentar el cambio climático.
El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, también externó su decepción. Planteó: la comunidad internacional ha perdido una oportunidad importante.
Sin duda en la Cumbre del Clima hubo más expectativas que resultados. Y, ciertamente, como planteó Chile el día de la clausura, “los países hemos quedado en deuda con el planeta”.
Una mayor conciencia y voluntad ante el cambio climático, quedaron, a todas luces, como tareas pendientes.
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