Efectos de la tormenta

Efectos de la tormenta

Efectos de la tormenta

La basura, junto a la incapacidad hidráulica o la falta de imaginación de constructores de algunas vías urbanas e interurbanas, tienen una participación importante en lo que pasa en la Capital cuando tenemos diez milímetros de lluvias.

Tal vez no es necesario explicar aquí que la basura no existe sin el humano, único de los pobladores del planeta que le otorga esta categoría a uno de sus efectos en el entorno o a efectos de otras criaturas cuando lo perjudican.
Pues viene a ser que la basura era ayer uno de los protagonistas destacados en lo que pasaba en algunas calles de la Capital y los municipios de la provincia Santo Domingo.

Una parte de los esfuerzos de las autoridades municipales estaban dirigidos a retirar cúmulos importantes de desperdicios de los denominados “imbornales”, que no son sino sumideros para torrentes pluviales en cualquier tiempo, pero particularmente en la temporada media del verano, que es cuando suelen derrengarse las nubes sobre el país.

Para retirar basura en ocasiones debieron ser utilizados equipos pesados y a la par que circulaban imágenes de estas operaciones de limpieza en vías públicas, iban por las mismas redes, que no son otras que las de Internet, imágenes de habitantes de la ciudad deshaciéndose cosas y sobras en los ríos de las calles.

Nadie, por lo visto, ha tenido la idea de promover entre los que recurren a esta práctica, que deben de ser millones, que sacar desperdicios a las aceras, a los contenes o a las calzadas cuando llueve torrencialmente no es botar la basura sino perjudicar a los otros y dañarse a sí mismo.

Los esfuerzos de personal de la Defensa Civil que ayer buscaban el destino de un hombre en la corriente de la cañada Guajimía, en Santo Domingo Oeste, se veían perjudicados por montones de basura y los mismo los encontramos en el río y el mar.
Estos también son efectos de la tormenta.



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