La vida de Naw Kham se cuenta como si fuera una novela -era un colorido gánster que había sido comparado con Osama bin Laden por lo que le costó a las autoridades chinas capturarlo- pero su muerte ha sido cosa de la televisión.
Naw Kham fue ejecutado junto a tres de sus hombres en una muerte que no solo fue pública, sino retransmitida por televisión, en un hito que ha escandalizado a varios defensores de los derechos humanos.
Tildan al gobierno chino de explotador y bárbaro por emitir lo que muy pocas veces se ha emitido en todo el mundo.