Por Abed-nego Paulino

SANTO DOMINGO.- Los dominicanos se han diseminado por todo el mundo a partir de los años 80 tras la búsqueda de mejorías económicas, llegando a ser en algunos países parte de la mayoría de inmigrantes.

Tal es el caso de los Estados Unidos, donde hay más de dos millones y en zonas de la región noreste del país son alrededor del 20 por ciento de los latinos.

“Trabajo en escuelas pintando, reparando, limpiando (…) lo que sea que tenga que hacer”, explica el dominicano Yorky Colón, lleno de optimismo y quien reside en New York desde hace 10 años.

El criollo vive con su esposa y dos niñas en Long Island, dice que con el aislamiento social en el país la compra de la casa la hacen quincenalmente, empero siempre van al supermercado a comprar algo, con la ventaja de que las filas no tardan tanto como en Santo Domingo.

Explica que cuando su esposa y él llegan a la casa desde el trabajo, las ropas que traen puestas las enfundan y se van directo al baño. Tienen además en los autos desinfectantes spries los cuales se rocían encima antes de entrar a la vivienda para combatir un posible contagio del nuevo coronavirus.

“Lamentablemente casi no jugamos con las niñas, antes jugábamos después que nos bañábamos. Ellas se entretienen a base de internet, a base de juegos. Yo, jugando pelota con ellas dentro de la casa; yo la lanzo, ellas la aparan. Pero como era antes, que era jugar ´al topao´ y ´al escondido´ en la cama, ya no es posible”, expresa con lamento el padre de las menores.

La crisis sanitaria y dificultad económica en algunas localidades de la Gran Manzana es preocupante.

“¡Esto aquí está fuerte! La cuarentena aquí la estamos pasando trancado en familia, hay muchas personas infectadas”, explicó Abinader Liriano Balbuena, quien reside en el Bronx junto a su esposa y tres hijos. Dice se pasa los días en casa trabajando con los niños en sus tareas, haciendo ejercicios y viendo a Netflix.

En tanto que Ana Reyes, habitante en Queens, New York, está en casa con su niña de 11 meses, dice que lo primero que hizo tras el aislamiento social fue proveerse de utensilios para evitar el contagio, tales como guantes y mascarillas, así como el evitar salir del hogar lo más que puede.

Mientras algunos dominicanos se preocupan tras el confinamiento, otros lo cogen con calma.

“A principio de mañana, normal, nos despertamos: cafecito, prender el televisor para ver las noticias, luego el desayuno. Antes ni nos veíamos hasta el final del día, ya que la mayoría salíamos hacía el trabajo en horas de la mañana”, indica Waldyn Pimentel, quien convive en el Bronx junto a cinco miembros de su familia.

Explica que en la cuarentena enciende la computadora e inicia su rutina diaria, de ver videos en Youtube de los canales a los que está subscripto, luego busca películas o series en Netflix, lo cual cada día se le torna más difícil, pues asegura ya ha visto todas las que suelen interesarle. “Si no encuentro nada, procedo a abrir Facebook y WhatsApp para ponerme al día con ciertos temas de interés, todo eso hasta la 3:00 o 4:00 de la madrugada”.

De su lado, Analeidy Aquino, moradora en New Jersey, señala que hace aproximadamente un mes que no sale de su casa por motivo de la cuarentena. Dice agradece a Dios porque no le hace falta los alimentos, pues su esposo cobra el sueldo de desempleado y con eso compran comida. “También el gobierno dio una ayuda de 600 dólares, la cual ya están empezando a llegarle a diversas personas”, concluyó.