Por: Ramón Mercedes
Nueva York.- Dominicanos residentes en esta ciudad afirmaron que no se sienten representado por el gobierno en la persona del cónsul general, Eduardo Selman debido a que en significativos eventos comunitarios siempre presenta excusas.
Precisaron que el cónsul, como máximo representante del gobierno ante la comunidad dominicana debió encabezar o formar parte del comité organizador de la ceremonia en recordación a los más de 160 criollos que murieron en la tragedia del vuelo 587, el 12 de noviembre de 2001, en la Bahía de Belle Harbor en Queens, que se celebra todos los años y no esperar que lo inviten.
Mediante un documento de prensa, sostienen que el funcionario gubernamental es un hombre de elite, no de la comunidad, como lo ha venido demostrando y su ausencia estuvo determinada por conveniencias políticas, enarbolando un “patriotismo” que no viene al caso, al revivir una disputa que sostuviera en el pasado con el alcalde Bill de Blasio por el caso haitiano. Es la primera vez en 14 años que el cónsul dominicano en Nueva York no asiste al memorial de recordación.
Añaden que presentó un argumento “poco creíble” al decir que no asistió a dicha ceremonia porque no lo invitaron, pero debió haber asistido antes o después que lo hicieran las autoridades neoyorquinas, para rendirle tributo a sus compatriotas, porque fueron nuestros hermanos y se lo merecían.
Belkis Lora, fundadora del Comité de Memoria del Vuelo 587, expresó que no se necesita invitación para estar presente, porque es un evento de la comunidad y está abierto a todos, como todos los años. La ausencia del arquitecto Selman fue notoria, y medios tan importantes como El Diario La Prensa, el periódico en español de mayor circulación en los Estados Unidos, se hizo eco de su desaire.
“Para subir el pasaporte a $170 dólares, y cobrar $80 dólares por la traducción de un acta de nacimiento, ahí sí son importantes los dominicanos”, expresan.
Especificaron que tampoco fue al funeral del artista Benny Sadel, ni al tradicional Desfile de la Hispanidad, donde asisten todos los cónsules de los países hispanos acreditados en la Metrópoli, ni a los también tradicionales Desfiles Dominicanos de Queens, Brooklyn y Paterson.
Tampoco asistió al encuentro que sostuvo el Comité del Dominicano en el Exterior (Codex) con decenas de representativos de la comunidad, para tratar asuntos de interés concerniente a la diáspora, ni a la juramentación de la filial del Colegio Dominicano de Periodistas (CDP) en Nueva Jersey, habiendo sido invitado a todos estos eventos, de lo cual existe constancia.
Recordaron que una de las principales funciones de los cónsules es la protección de sus ciudadanos y la promoción de los más genuinos valores que identifican a la nación dominicana, así como contribuir al desarrollo, crecimiento y enriquecimiento moral y espiritual de la comunidad dominicana en el exterior.
Entre los firmantes del documento figuran José Carbonell, presidente del movimiento Destino 2000; Henry Cabrera, presidente del Club Deportivo Los Idóneos; el analista político Miguel Espaillat; Silvia Smith, presidenta de la asociación comunitaria Washington Heights Multi Cultural Center; Carlos Francisco Rosario, presidente del Partido Revolucionario Social Demócrata (PRSD); el empresario radial Francisco Roa; Pedro Lluberes y Rahyam M. Sánchez, de la industria del taxi.
Asimismo Tomás B. Asensio y Martha Rodríguez de Guerrero, bodegueros en el Alto Manhattan; Rafael Borges, profesor del sistema de educación en La Gran Manzana; Urdania Rodríguez, Hungría Hernández Torres, profesionales en el área de las finanzas; y Erasmo Chalas, miembros de la filial del CDP, entre otros sectores.