Amar lo que haces. Una frase tan utilizada y al mismo tiempo tan real. Creo que uno de los mayores regalos que la vida te puede dar es dedicarte a aquello que realmente te apasiona y te gusta.

Ser periodista siempre ha sido mi pasión. En estos días en los que se conmemora nuestra profesión me llegan mil recuerdos y mil anécdotas de lo vivido ejerciendo este oficio a veces tan poco valorado y otras lleno de puro ego. Imagino que como en la gran mayoría de las profesiones, pero esta es la que he vivido y vivo.

Creo que la trayectoria que te define es aquella en la que eres capaz de comenzar como aprendiz, lleno de curiosidad, de ganas de aprender, de ver cómo los que llevan más tiempo que tú hacen las cosas, al tiempo que vas creando tu propia forma de hacerlo.

El tiempo te da experiencia, llena de éxitos y de fracasos, de los cuales aprendes y llega el día en el que te das cuenta de que tienes algo para decir, para transmitir a los que comienzan la andadura en aquello que haces.

Me fascina ver gente joven con ganas de trabajar, de aprender, de aportar, me motiva a compartirles lo poco o lo mucho que sé y ver cómo van evolucionando y creciendo. Es parte de amar lo que haces.

No hay que temer que quienes te rodeen sean mejores que tú, todo lo contrario, hay que llegar al punto en el que les acompañes a que lo sean porque no tengas absolutamente nada que demostrar porque te sientes completamente satisfecho de lo que eres y de lo que haces.

Y lograr ese equilibrio hace que aún disfrutes más tu profesión porque eres capaz de quitarte la presión del éxito y simplemente disfrutar el camino.