Una familia de Louisiana, en Estados Unidos, ha descubierto que el agua corriente que sale de sus grifos es inflamable. Ellos no pueden cercar el fuego a la supuesta agua porque se prenda.
La familia Parker sospecha que el agua que reciben en casa, que procede de un pozo cercano, podría estar contaminada con alguna sustancia.
«Especialmente por la mañana, el agua sale con mucha presión y prende».