Desarrollo en paz y sin violencia
La mujer no solo constituye un importante sector de manera global, que se refleja en las estadísticas demográficas. También tiene un gran poder de decisión en actividades civiles, el mercado laboral y los espacios políticos.
Sin embargo, todavía hoy impera un alto grado de violencia contra la mujer. En ese orden hay dos corrientes de opinión sobre la mujer que se disputan los espacios de información, incluidas las redes sociales.
Una, que se decanta por la defensa y la condena contra la violencia, y otra, de menos incidencia, que toca las conquistas en sí, de las mujeres, sobre todo las científicas, políticas y las laborales.
En cuanto a la primera, no podemos conformarnos con lo mínimo, que se traduce en políticas estatales fallidas y de corto alcance, o la denuncia pública de abusos cotidianos y las discriminaciones de género en sus diferentes.
El Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer, independientemente de su conmemoración, hay que verlo proyectado en nuestro futuro inmediato.
¿Y qué vemos? Una sociedad que en su conjunto y desde diferentes colectivos de mujeres e instancias del Estado, apuesta a la disuasión de la violencia, a la integración, al desarrollo, a que cada día haya más y mejores plazas laborales en el país, donde tanto hombres y mujeres puedan aportar para garantizar una mejor calidad de vida y una mayor equidad laboral.
La República Dominicana puede exhibir como un logro importante el crecimiento de la matrícula de las mujeres en las escuelas, las academias técnicas y las universidades. De manera que el egreso y la contratación de mujeres cada día, fruto de ese aumento en la educación, impacta de manera positiva en la sociedad y el desarrollo del país.
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