SANTO DOMINGO.- El flagelo de la trata de personas se agudiza en el país a partir de la crisis provocada por la pandemia del Covid, que produjo el incremento de la extrema pobreza en familias que ofertan a sus hijos e hijas en el comercio sexual convirtiéndolos en víctimas de este delito.

Esto según estudio realizado por Participación Ciudadana donde se indica que la pandemia ha conllevado la vulnerabilidad de mujeres y niñas por la limitante al acceso al servicio público y por la pérdida de trabajo.

La investigación establece que tanto el padre, como la madre, ofertan a sus hijos e hijas en el comercio sexual, convirtiéndolos en víctimas de trata de personas, siendo el municipio de Boca Chica el de mayor índice.

Además de Boca Chica, el estudio se realizó en los municipios de Sosúa, San Felipe de Puerto Plata, Santiago, San Francisco de Macorís, Santo Domingo Oeste y Este, Distrito Nacional, Higüey, La Romana y San Pedro de Macorís. En algunos de esos municipios se ubican zonas turísticas donde está una población migrante que han sido y son víctimas de trata.

Complicidad

— Impunidad
La trata de personas se convierte en un delito con una alta impunidad, permeada por la corrupción y la complicidad con los tratantes y autoridades responsables de su persecución. Se agrava por débil judicialización.