Delincuencia de las élites

Delincuencia de las élites

Delincuencia de las élites

Wilfredo Mora

La impunidad es el reino superior de las élites, la garantía de que la ley no se les aplicará a ellos. Es un mundo de hombres que viven por encima de la ley, donde otros hombres –los ciudadanos comunes– son los únicos que tienen obligaciones. Son los nuevos criminales, sus actos personales compran, deforman y violan la ley humana en casi todos sus sentidos y valores.

Cree esta forma de criminalidad de la gran corrupción que puede ser invisible, o quedar impune por mecanismos que son maniobrados por su clase, pero los hechos de hastío, de rencor o de impotencia de las masas en los últimos días (sobre todo por el caso Odebrecht en el continente latinoamericano) dicen lo contrario: el combate es inevitable. Se espera que el poder no escape a la ley, por personas que han agredido tan horriblemente a estas naciones.

La impunidad es casi tan grande como la cifra oculta de la criminalidad. Es casi un mito creer que ella se describe a través de muchos medios como las acciones de los hombres infames que encarnan de forma simbólica la fuerza del mal, de las acciones abyectas y viles de los que detentan el poder.

Existe otra cara de la naturaleza de la impunidad: la del hombre humilde que se deja corromper por necesidad, y la del hombre sin instrucción pública que dice: “si los de arriba roban, nosotros también”; “si el de arriba puede coger, nosotros qué”.

Sucede que la impunidad de los delitos es una situación irregular de los cambios a posteriori de los hechos y de los derechos conculcados por las élites. Por un lado, hay impunidad en la falta de sanción o el delito queda sin la pena correspondiente; en el otro, se declara extinta la responsabilidad del acusado por causas distintas a la de la muerte, como el indulto (delito común), amnistía (delito político), el perdón o la prescripción.

Hay otras formas de impunidad, que sólo puede impedirse por el interés de la voluntad de las personas particulares, como son los delitos de difamación e injuria, el estupro y la violación; la impunidad del adulterio, en el marido que ha sorprendido ‘in fraganti’ a la mujer y no está dispuesto a soportar la vergüenza.

Los padres que callan la violación de una hija. Todas esas formas de impunidad se relacionan al mundo de los hombres comunes:

El caso Odebrecht es un fenómeno de la gran corrupción de las élites; hasta ahora tiene forma de impunidad de hechos.

En opinión del maestro español, don Constancio Bernaldo de Quirós Pérez (1941), explica los casos en que esta se presenta: a) los hechos punibles pasan como desconocidos por ante los ojos de la Justicia; b) las faltas o delitos se conocen, pero la Justicia no logra determinar su responsabilidad, por no haber sido aprehendidos; c) los hechos de los responsables no son perseguidos ni penados, por excepción abusiva, por la organización política y social de los tiempos actuales.

En fin, ¿qué es Odebrecht? Una forma de lucha contra la gran corrupción, que es la delincuencia de las élites.
Esta puede ayudarnos a retroceder la impunidad, a impedir a que los poderosos se escapen.

Para ello se recomienda como forma de prevención y de represión, la vigilancia bancaria y la instauración del embargo civil.