Crisis de parqueos

Crisis de parqueos

Crisis de parqueos

El congestionamiento del tráfico en el Distrito Nacional hay que verlo desde dos puntos de vista. Un primer aspecto tiene que ver con la cantidad de vehículos que se desplazan durante el día y la noche; y el segundo, con otra cantidad similar que se mantiene estacionada en importantes calles que se usan como atajo o alternativas para el desahogo de las avenidas.

¿Hay solución, a corto plazo, de estos dos quebraderos de cabeza? ¿Tienen las autoridades del área un plan certero, concebido para que haya un mejor flujo del tráfico en la ciudad? Uno y otro problemas parecen no tener solución a corto y mediano plazo.

Por una sencilla razón. Cada día tenemos una mayor circulación de vehículos públicos y privados en calles y avenidas.

La presión se siente en las horas pico, sobre todo a la hora del almuerzo, ya que en Santo Domingo impera una singular cultura gastronómica: la familia se reúne en el hogar para almorzar.

Eso se traduce en un caótico desplazamiento de una incuantificable masa de vehículos de ida a los distintos hogares, y vuelta, luego del almuerzo, a los centros de trabajo, oficinas privadas y edificios gubernamentales.

Hay otro factor, que tiene que ver con los vehículos estacionados en las calles. Las autoridades que se instalaron en la Alcaldía de Santo Domingo avanzaron, en su momento, ideas en torno al tema de invertir en la construcción de edificios de estacionamiento.

En principio se explicó que constituía un área de inversión, donde tanto el Estado como el sector privado podrían diseñar proyectos comunes.

Eso, que pudo aportar soluciones necesarias a corto y mediano plazo, se convirtió en una idea peregrina. Esa inversión, de hacerse, representará una importante fuente de empleo y cobros de arbitrios municipales. ¿Podrá retomarse esa iniciativa? Entendemos que sí.



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