Consumo suplementos de vitaminas y minerales se debe consultar al médico
Una de las preguntas más frecuentes que realizan los pacientes en consulta se basa en si deberían tomar suplementos, a lo que la respuesta rápida es no; si es un paciente sano, con una dieta variada y acceso regular a comida, sin enfermedades que limiten al cuerpo la absorción de los nutrientes, no alcohólico ni usuario de drogas y no está embarazada, no deberá tomar suplementos.
Ramona Lappot Guzmán, médico internista de los Centros de Diagnóstico y Medicina Avanzada y de Conferencias Médicas y Telemedicina (Cedimat), plantea que la razón por la cual no deben tomarse los suplementos, es que no son medicamentos regulados, lo que significa que la cantidad real de nutrientes en un suplemento puede ser diferente de lo que indica la etiqueta, por lo que es difícil determinar las dosis reales que se están consumiendo, pudiendo su uso indiscriminado causar toxicidad.
¿Qué son?
Las vitaminas son compuestos orgánicos esenciales que el cuerpo necesita para mantenerse sano y poder realizar las diferentes funciones metabólicas, permiten el adecuado funcionamiento celular, así como el crecimiento y desarrollo de los diferentes órganos.

Sin embargo, los minerales son sustancias inorgánicas procedentes de la tierra o del agua y que contribuyen a una las diferentes funciones corporales y metabólicas. Lappot comenta que mucha gente tiene la errónea creencia que dado que las vitaminas son buenas para la salud, si toman suplementos adicionales estarán en el mejor estado, pero no es así.
No son milagrosas
Existe la creencia popular que tomar suplementos de minerales y vitaminas será una fórmula mágica para mantenerse sano y evitar enfermedades, la cual está arraigada en que en el pasado cuando el acceso a comida era más limitado, el consumo de suplementos de vitaminas y minerales ayudó a prevenir la aparición de enfermedades como escorbuto (carencia de vitamina C), bocio, pelagra (insuficiencia de una de las vitaminas del complejo B o un aminoácido) o el raquitismo (insuficiencia de vitamina D, calcio o fósforo). Ahora bien, incluso en aquellos donde prevalecen las deficiencias de micronutrientes específicos, se recomienda la suplementación a través de la alimentación.
La galena destaca que la evidencia acumulada de ensayos controlados aleatorios no respalda los beneficios de los suplementos para reducir los riesgos de enfermedades cardiovasculares, cáncer o diabetes tipo 2 en personas sanas sin deficiencias nutricionales clínicas.
En tanto, la médico internista aclara que lo que sí está científicamente comprobado es que las vitaminas y minerales que se obtienen de los alimentos se absorben mejor y estudios recientes han demostrado estas si pueden ayudar a prevenir cáncer, enfermedades del corazón y mortalidad prematura.
También que esto podría deberse a que las vitaminas y minerales de los alimentos no sólo se ven influenciados por el “ingrediente activo”, sino también por otros componentes.
Los alimentos son una fuente compleja de vitaminas, minerales y fitoquímicos, estas interacciones sinérgicas entre los nutrientes y las sustancias bioactivas de los alimentos, permiten que se obtengan más beneficios al consumirlas a través de una dieta balanceada; en cambio, los suplementos tienden a funcionar de forma aislada.
Riesgo de toxicidad
La especialista explica que las vitaminas A, D, E y K son solubles en grasa, lo que significa que se almacenan en el cuerpo y si se toman en dosis altas pueden ser tóxicas; mientras que las dosis altas de algunas vitaminas solubles en agua, como la vitamina B6, también pueden volverse tóxicas, ya que niveles altos de esta se han relacionado con algunos tipos de daño a los nervios.
En ese sentido, una ingesta elevada de folato puede ocultar las deficiencias de vitamina B12; dosis de vitamina C superiores a un gramo puede provocar diarrea, náuseas, calambres abdominales, dolores de cabeza, fatiga y cálculos renales, así como interferir con la capacidad del cuerpo para procesar otros nutrientes, como aumentar peligrosamente los niveles de hierro.
Además, los suplementos de vitamina E en dosis elevadas se han relacionado con tasas más altas de muerte prematura, agregando que con sólo cinco veces la dosis dietética recomendado, el zinc, el hierro, el cromo y el selenio pueden elevarse a niveles tóxicos en el cuerpo y causar (dependiendo del mineral) problemas gastrointestinales variados, daños al hígado, falla renal y hasta la muerte.
Recomendación
Si tiene alguna duda o preocupación sobre su ingesta de nutrientes, es importante consultar a un médico internista antes de empezar a tomar suplementos vitamínicos y minerales, así obtendrá una evaluación personalizada y recomendaciones específicas.
Una dieta saludable y variada, llena de frutas y vegetales de diferentes colores, carnes magras, lácteos y granos es la mejor forma de obtener de forma natural todos las vitaminas y minerales que necesitamos.
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