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Aparte de la inflación y las alzas de los combustibles, la población está con el grito al cielo por los aumentos en las tarifas de la electricidad, cuyo más reciente impacto fue el 9 % aplicado hace pocos días como resultado del consensuado desmonte trimestral de los subsidios en el marco del Pacto Eléctrico.
El razonamiento para el necesario desmonte incluye que precios reales o sinceros ayudan a tomar decisiones más racionales, como ajustar el consumo de luz y combustibles a las posibilidades, sin que el gobierno subsidie los hidrocarburos ni la distribución de electricidad.
