Chus Visor: la vocación del editor

Chus Visor: la vocación del editor

Chus Visor: la vocación del editor

José Mármol

“Chus Visor es la poesía” canta en un verso certero el poeta José Emilio Pacheco (1939-2014), en su texto “Cuatro décimas populares mexicanas para Chus”, que forma parte del libro celebratorio “Ojo a Visor” (Madrid, 2015), editado por Irene García Chacón, con el cual, una caterva de amigos de Iberoamérica, 78 he contado, de Jesús García Sánchez, su nombre de pila, conmemora los 70 años de vida del editor, los 46 años de fructífera existencia de la Colección Visor de Poesía y el contundente, aunque reposado número 900 del catálogo, a mi ver, más prestigioso y universal de la poesía en español, que se haya conocido jamás.

Es, pues, la celebración del cumpleaños del joven poeta experimental, que a finales de los años 60 decide asumir su vocación mayor, la de editor, para entregarse de cuerpo entero a cultivar amigos, más allá de su olímpica timidez, y a difundir lo más granado de la poesía en lengua hispana, especialmente, de los siglos XX y XXI, junto a la mejor poesía universal de todos los tiempos.

Entre la tapa y contratapa de inconfundible color negro, sobrio y elegante diseño de Alberto Corazón, vibra la poesía como inmenso testimonio de los tiempos aciagos de la vida moderna, de la epidemia del mal que ha cundido nuestras almas entre guerras y genocidios persistentes, y la incertidumbre e inseguridad que cercenan los cimientos de nuestras esperanzas de libertad, armonía y solidaridad.

En medio de tantos desastres de la humanidad, y al hilo del testimonio de Ana Merino, Chus, el editor acucioso, de corazón humilde y perspicaz ingenio, con mirada de felino y alma de manatí, leyenda viviente de la poesía de España y Latinoamérica, “Hace que seamos libro de poemas”.

La Colección Visor de Poesía, que nació en 1969 con la edición de “Una temporada en el infierno”, de Arthur Rimbaud, en la singular traducción de 1948 del poeta social español por excelencia, Gabriel Celaya, y prólogo de Jacques Rivière, es un recurso esencial para la educación sentimental y la configuración de un arsenal y un orbe estéticos en generaciones de autores y lectores en lengua española de algo más de las últimas cuatro décadas.

Estuvo a punto de iniciar la colección con la poesía de Friedrich Hölderlin traducida por Luis Cernuda y prólogo de Jenaro Talens, que publicaría más tarde, en 1974, con el número 44, bajo el título de “Poemas”, cuando ya el exigente catálogo del editor culto, crítico, humilde y generoso, atrincherado en el cálido espacio de su librería de la Isaac Peral 18 de Madrid, cerca de la estación Moncloa, tenía en su haber a creadores como Joyce, Cavafis, Tzara, Blok, Mallarmé, Mayakovski, Hikmet, Dylan, Tralk, Char, Montale, Éluard, Valéry, Dickinson, Apollinaire, Celaya, de Otero, Guillén, Carnero y otros, para redondear 900 títulos al día de hoy.

Para Chus, la vocación de editor y la vocación de lector son inseparables.

Hay que saber conjugar, sugiere, el gusto o el catálogo personal, la historia de la poesía y el gusto o el catálogo de los lectores. Confiesa: “mi misión es mantener un catálogo de calidad para los lectores de poesía, que no forman un público masivo, pero sí un público leal que permanece, un público muy dueño de su propia opinión…

Es mentira que la poesía no se vende en las librerías”. Lo dice Almudena Grandes, con razón, Chus “es el editor exquisito de la colección de poesía más importante del mundo que habla español”. Hay en Chus Visor los carísimos dones de la poesía, el criterio y la generosidad.