
LA HABANA.-En una drástica maniobra de presión, Estados Unidos implementó hace seis décadas un embargo económico contra Cuba. El objetivo de Washington era asfixiar la economía de la isla y derrocar al gobierno socialista. Pero no tuvo el efecto deseado.
Cuando a los cubanos se les acabaron los repuestos para reparar los autobuses los montaron sobre enormes acoplados y crearon los “camellos", al no poder importar medicamentos desarrollaron su industria farmacéutica y tras desaparecer el bistec de sus mesas lo reemplazaron por cáscaras de toronjas empanadas. Y el modelo político siguió en pie.
Para muchos expertos décadas de sanciones de Estados Unidos -como las ahora impuestas a Venezuela- son un ejemplo de que, lejos de cumplir el objetivo de desestabilizar a un gobierno, dañan a la población y generan resiliencia.
“Diría que la experiencia cubana no nos da muchas esperanzas de `éxito’ en Venezuela, que si el objetivo es usar sanciones económicas para provocar un cambio de régimen, eso no ha sucedido en Cuba en más de seis décadas, todo lo que hace es lastimar a los ciudadanos comunes", señaló a The Associated Press Renata Keller, historiadora especializada en América Latina de la Universidad de Nevada, Reno.
