Llama la atención la opinión de los ciudadanos de América Latina reflejada en el Informe de Desarrollo Humano 2021 del Programa de Naciones Unidas respecto a los gobiernos de la región.

En promedio, un 77 % de la población opina que su país está gobernado para el interés de unos pocos.

Lo que refleja el informe del PNUD es que en América Latina es que seguimos atrapados en una alta desigualdad y bajo crecimiento porque se gobierna sobre todo para élites empresariales que concentran las riquezas y se convierten en obstáculos de las reformas fiscales requeridas para una mayor inversión social, lo que agudiza la pobreza y pone en riesgo la cohesión social.

Además de pagar salarios de miseria y obstaculizar su incremento, muchos grupos empresariales no solo se oponen a pagar más impuestos, sino que los evaden o presionan a los poderes públicos para recibir subsidios y apoyos que, por justicia social, no les corresponden.

Ya lo dijo Aristóteles, el gobierno para unos pocos, es también una forma de corrupción de la política porque se desvirtúa su objetivo, que es el bien común. Y el mismo filósofo planteó que si queremos librarnos de la violencia hay que gobernar para todos aumentando la clase media.

Para Aristóteles, la mesocracia es la mejor forma de gobernar. Él plantea que “es evidente que el régimen de tipo medio es el mejor, pues es el único libre de sediciones. Donde la clase media es numerosa es donde menos se producen sediciones y discordias entre los ciudadanos. Y las grandes ciudades están más libres de sediciones por la misma causa, porque la clase media es numerosa”.

Fortalecer la clase media es cerrar la brecha entre ricos y pobres que según Brian Keeley está en su punto más alto en 30 y se combate con políticas públicas que aseguren una distribución más equitativa, trabajen el efecto de la tecnología sobre la fuerza de trabajo, creen oportunidades de educación y atención médica de alta calidad y fomenten el empleo bien remunerado.

Un gobierno de todos es el que promueve la movilidad social y para ello crea una clase media fuerte, con capacidad de superar los embates de la vulnerabilidad.