Al suministrar la nueva proteína a un grupo de ratones, el equipo de investigación descubrió que esta también alteraba las preferencias dietéticas de los animales, que pasaron a decantarse por engullir alimentos menos calóricos.
Panamá.- La académica y experta panameña en tecnología alimentaria Omaris Vergara desecha el mito de que los comestibles procesados son la causa de la obesidad en Panamá y a nivel mundial y opina que es mejor aceptar que la vida sedentaria y la falta de actividad física son los verdaderos culpables.
Vergara indicó en una entrevista con Efe que frente a la incidencia de la obesidad y la malnutrición es “muy importante” lo del etiquetado nutricional, pero advirtió que “no solo es poner una etiqueta en el alimento, “es necesario también educar a la población con relación al consumo de alimentos».
“Y que pierdan ese temor de que el alimento procesado es el cuco, lo que hay es que saber seleccionar qué tipo de alimento es el que deben consumir”, señaló.
Vergara presidió el XX Seminario realizado en Panamá en marzo pasado por la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Ciencia y Tecnología de Alimentos (ALACCTA), en el cual, dijo, se explicó a los asistentes que “los mal denominados alimentos ultraprocesados no son exclusivamente responsables del problema mundial de la obesidad».
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), cerca del 58 % de latinoamericanos y caribeños, unos 360 millones de personas, sufre de sobrepeso, mientras el 23 % (140 millones) padece obesidad.
Vergara dijo que se quiere hacer ver que “los culpables de que las personas sean obesas y que haya una alta incidencia de obesidad se debe al consumo de alimentos procesados».
Afirmó que “los alimentos procesados han venido a resolver una situación mundial de que no se echen a perder los alimentos, la tecnología de alimentos ha surgido para conservar los alimentos, para preservar los alimentos por más tiempo y poder hacerlos llegar a las urbes».
“No es una cuestión de que el alimento es el que me va a provocar que yo esté obesa, es la selección que nosotros hacemos de ellos, el consumo de dietas no balanceadas, es el no hacer actividad física, el no caminar”, indicó.
Y se ve aquí en Panamá, “la gente toma el autobús y quieren que este lo deje en la parada del edificio donde se va a bajar, es un pecado tener que caminar una o dos cuadras porque está muy lejos.
No quieren hacer actividad física». En este punto, observó que además de que los panameños “somos muy comelones” y tienen hábitos equivocados de consumo, está también el problema que “acá en Panamá nosotros no disponemos de una norma de etiquetado nutricional».
Explicó que otro inconveniente es que por falta de consenso entre las partes, como autoridades de salud, de comercio e industrias y también importantes distribuidores, Panamá aún no ha adoptado el reglamento técnico centroamericano de etiquetado.
Por ello, advirtió que “si no disponemos de un reglamento sobre etiquetado de alimentos, cómo vamos a adoptar un reglamento de etiquetado nutricional, ya que se complementan».
“No puedo tener un etiquetado nutricional si ni siquiera tengo una norma (técnica) de cómo cumplir, de cómo hacer una etiqueta, qué debe contener la etiqueta”, manifestó.
En ese sentido, Vergara -ingeniera de alimentos y directora de la Escuela de Ciencias y Tecnología de Alimentos de la Universidad de Panamá en el Centro Regional de la provincia central de Coclé- destacó la iniciativa de la diputada panameña Athenas Athanasiadis de presentar un anteproyecto de ley sobre esta materia.
Athanasiadis, del opositor Partido Revolucionario Democrático (PRD), presentó en abril pasado el Anteproyecto de Ley 198 “Que establece la obligatoriedad de mostrar contenido sobre información nutricional en los alimentos” y otras disposiciones para el cuidado de la salud.
Vergara -con 28 años de docencia, investigación y apoyo en asuntos académicos del Comité Nacional del Codex Alimentarius (compendio de normas alimentarias aceptadas internacionalmente)- dijo que revisó el anteproyecto de Athanasiadis pero que no cree que el tema del etiquetado se logre a través de una ley, “no es la vía». “Tenemos que adoptar reglamentos que ya existen en Centroamérica.
No es que estemos obligados a adoptarlos, pero al menos el de etiquetado de preenvasados y luego el de etiquetado nutricional» como parte importante de una política de Estado, además de otras medidas en materia de salud y educación, expresó.
La exposición de motivos del anteproyecto de Athanasiadis señala que un estudio del Ministerio de Salud, de 2014, revela que la obesidad es la décima enfermedad en Panamá.
Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en Panamá el 62,2 % de la población adulta padece de sobrepeso y el 26,8 % de obesidad,“condición que conllevan a padecer serios riesgos para la salud».