Algunas Teorías y Prácticas Perniciosas

El pragmatismo, la realpolitik y la desideologización, como ideologías y prácticas políticas son muy perniciosos para el movimiento patriótico, progresista y de izquierda.
El pragmatismo es la filosofía de que toda doctrina debe ser valorada en base a la acción y a sus resultados prácticos, no en la calidad de los procedimientos empleados. Se dirige a lo concreto, a los hechos, a la acción, huye de la abstracción, de las soluciones verbales, de las razones a priori, de los principios. Invoca la maximización de la utilidad, planteando la exigencia utilitarista de que una acción es correcta si su acierto empírico produce máximo beneficio.
Para el pragmatismo lo útil y verdadero es aquello que ayuda a vivir y convivir mejor. Su verdad es toda acción que conduce a la utilidad y el resultado experimental de las acciones. El significado de una cosa cualquiera es dado solamente por los efectos que produce. Las creencias son verdaderas cuando conducen a la estabilidad y a la fluidez de las relaciones humanas. Una idea es verdadera cuando permite alcanzar el fin que el sujeto se ha propuesto al concebirla. Lo importante no es comprender la cosa en sí, si no sus consecuencias, pues la utilidad cambia con el tiempo.
El pragmatismo es una filosofía egoísta, carente de ética, cuyo propósito es alcanzar los objetivos sin importar los medios. Sus principales teóricos son Pierce, W. James y Dewey.
Parecido al pragmatismo es la realpolitik, que se basa en intereses prácticos más que en teoría o ética. Sus objetivos iniciales eran equilibrar los poderes de las potencias de finales del siglo XIX. Uno de sus precursores fue Maquiavelo, que planteaba que la única preocupación de un príncipe debería ser la de buscar y retener el poder, sin importar consideraciones éticas o de principios.
La práctica de la realpolitik aboga para que un partido o ideología política ceda en algunos de sus principios, a cambio de conseguir cierto progreso o beneficio en otros temas fundamentales. Los creadores del término fueron Otto Bismarck y Klemens Metternich.
Agarrado de manos con el pragmatismo y la realpolitik esta la teoría de la desideologización, que critica el doctrinarismo o las posiciones ideológicas y que expresa la idea de que la humanidad si es que quiere cultivar y mejorar su jardín, debe liberarse de las visiones y fantasías obsesionales, del hostigamiento por parte de ideólogos , específicamente los ideólogos y pensadores de izquierda. Existe todo un arsenal sobre el tema de la desideologización, entre estos, El Opio de los Intelectuales de R. Aron y El Fin de la Ideología de Lipset.26
Con esas herramientas teóricas y con prácticas acorde con ellas, no es posible cambiar las estructuras económicas, políticas y sociales del país, ni representar o defender los mejores intereses de la nación, si no, más bien, perpetuar los males seculares que afectan al pueblo dominicano.
*El autor es abogado, secretario general de la Asociación Americana de Juristas (AAJ).
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