El pasado 17 de septiembre se inauguró en el campus de Santo Domingo de la PUCMM la Cátedra Alessandro Geraldini, dedicada al estudio de las culturas italianas y dominicanas en su interacción. La denominación de la cátedra busca honrar al primer obispo residente de la Diócesis (hoy Arquidiócesis) de Santo Domingo. Este proyecto es fruto de la alianza de la PUCMM y la Embajada de Italia en el país. Inmediatamente el día 18 se celebró un congreso sobre Geraldini y su tiempo, a donde fueron invitados varios académicos italianos, dominicanos y españoles. La directora de dicha Cátedra, la Licenciada Alejandra Valerio, tuvo el detalle de invitarme a exponer en este evento académico y mi conferencia fue sobre tres discursos elaborados en nuestra isla antes de la llegada de Geraldini, quien llegó el 17 de septiembre del 1519 y dicha Cátedra se fundó en el quinto centenario de tan magno hecho.
En mi exposición enfaticé el uso que hacía del término discurso, señalando que me valgo de la conceptualización de discurso en cuanto interpretación de cualquier texto que se analice como exposición de una interpretación de la realidad social o hecho histórico. No es discurso en cuanto pretensión del autor que lo elabora, sino como recurso interpretativo de quien lo analiza. Mi propósito es develar la mentalidad de los tres textos que expongo. Los tres textos fueron la obra de Fray Ramón Pané titulada Relación Acerca de las Antigüedades de los Indios, el relato de la batalla del Santo Cerro y los dos sermones de Fray Antón de Montesinos. Si el primero fue un intento de darle voz a los tainos, su cultura y sus ideas, el segundo fue la justificación de los españoles para hacerle la guerra a los indígenas y explotarlos, el tercero en cambio fue la defensa de los aborígenes frente a la explotación de los españoles y que tuvo como consecuencia inmediata las 35 Ordenanzas reales para el buen regimiento y tratamiento de los indios.
El segundo texto fue una copia del relato de la Virgen de Covadonga que justificó toda la guerra de Reconquista de los reinos cristianos contra los reinos musulmanes en la península ibérica, por tanto, es un discurso netamente medieval. El primero y el tercero corresponde a la modernidad y su reconocimiento de la dignidad de los seres humanos. Siglos antes de que la etnografía se considerara una ciencia o que los Derechos Humanos se establecieran como eje político de los nuevos Estados burgueses, Fray Ramón Pané y los Dominicos hicieron historia en nuestra isla, proyectando al futuro lo que se ha convertido en el ideal de la convivencia humana.
Pero existe otro hecho que ocurrió un año antes de la llegada de Geraldini. Los dominicos establecieron los primeros Estudios Generales en el nuevo mundo que serviría como fundamento para la erección de la primera universidad, la Universidad de Santo Domingo que fue creada mediante la Bula In Apostolatus Culmine expedida el 28 de octubre de 1538 por el Papa Paulo III. Esa universidad cerró definitivamente en 1801 al abandonar los dominicos la isla.
La llegada de Alessandro Geraldini en el 1519 es un hito en nuestra historia, tanto a nivel eclesial, como político y cultural. Extraña que no tengamos más estudios y análisis sobre él en la historiografía dominicana. Esa Cátedra de la PUCMM promete ser un espacio académico para saldar esa deuda.