Ahora que el problema aún es pequeño

Ahora que el problema aún es pequeño

Ahora que el problema aún es pequeño

Un pueblo completo está siendo estafado y como suele ocurrir con los esquemas ponzi o piramidales, las víctimas se convierten inicialmente en los principales defensores de sus victimarios.

Como de costumbre, cuando aparece alguien que logra sacarle provecho a la combinación de ignorancia y avaricia que descubre en otros le saca sin tener que entrarle las manos en los bolsillos.

Lo peligroso es que cuando se van secando las alforjas de una zona, los ideólogos de estos sistemas de estafas tienen que expandirse para alargar la duración de su estafa, que definitivamente termina evidenciándose.

Entonces se produce una especie de complicidad colectiva indirecta, pues lo que ya empiezan a sospechar que podrían perder su dinero, no quisieran que las autoridades le pongan fin a la situación para ver si logran recuperarlo, a sabiendas de que ese salvarse ellos sería a costa de la estafa contra otros.

Eso está pasando en Sabana Grande de Boyá y sus alrededores en estos momentos.
Sin embargo, las autoridades tienen que ponerle un alto a esa estafa, aunque los actuales estafados se resistan y protesten, porque así se estaría evitando que se expanda un problema inevitable y se convierta en algo mayor.

Algunos expertos estiman que ya a la comunidad afectada le han sido extraídos más de 150 millones de pesos, una cantidad enorme para un poblado pobre, pero de no detenerlo ahora el monto sería mucho mayor y el impacto social se extendería.
El problema hay que detenerlo ahora que es pequeño, antes de que se convierta en grande.



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