Sexualidad sana y responsable (Segundo parte)

Sexualidad sana y responsable (Segundo parte)

Sexualidad sana y responsable (Segundo parte)

Una sexualidad sana y responsable nos aporta bienestar y gratificaciones, permitiéndonos disfrutar a nivel físico, psíquico, emocional y espiritual.

Para esto hay que abordarla de manera integral, ya que la sexualidad es una forma de ser, sentir, actuar, expresar afecto, socializar, además de proporcionar placer y bienestar a través de las relaciones pasionales.

Se entiende que la sexualidad y la actividad sexual, al ser naturales, no necesitan de educación o informaciones especiales.

Esto es errado, ya que todos tenemos carencia de información en algunas áreas y tenemos que suplirlas de alguna manera para nuestro mejor desenvolvimiento en la vida.

Es responsabilidad de los padres educarse en sexualidad, no solo para ellos vivir su sexualidad sana y responsable, sino también para transmitir a sus hijos conocimientos que proporcionarán que estos al crecer, a su vez, la disfruten por igual.

De las cosas más importantes que los padres pueden hacer es enseñar a sus hijos a amar, conocer y valorar su cuerpo físico, a expresar afecto de manera adecuada, comportarse social y moralmente con dignidad y respeto a los demás, tratar de responder a los hijos las preguntas sobre sexo o genitalidad o cualquier inquietud.

Es imprescindible, para vivir una sexualidad sana y responsable, el conocimiento de su cuerpo, el cuidado del mismo en cuanto a trastornos orgánicos, sexuales e infecciones de transmisión sexual, desarrollar actitud positiva ante lo erótico-sexual, trabajar los temores y las culpas con respecto a la actividad sexual y mantener la autoestima en su lugar.



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