Prensa y béisbol profesional

Prensa y béisbol profesional

Prensa y béisbol profesional

Trabajar como narrador, comentarista o empleado de cualquier nivel en uno de los equipos que accionan en el béisbol profesional dominicano, siempre ha sido una misión sumamente delicada, y en algunos casos arriesgada, porque los dueños entienden que también son ‘propietarios absolutos’ de sus subalternos.

No es nada nuevo que comunicadores sean “silenciados” por comentarios de diversa índole, incluso, fuera de las transmisiones de los equipos.

Esa es una verdadera amenaza a la libertad de expresión y difusión del pensamiento, aunque quienes se emplean en diversas áreas de la comunicación en ese espectáculo saben de antemano que están limitados para no tocar los intereses de la Liga, “ni con el pétalo de una rosa”.

El criterio de los dueños de equipos, con razón o no, es que no van a contratar y pagarle a alguien que por los mismos medios que contratan critique sus actuaciones.

Lo peor de todo es que también quieren llevar sus controles, y en muchos casos lo logran, a los medios donde laboran esos narradores y comentaristas.

Esa en parte es la causa por la que en la prensa radial, escrita y televisada, con raras excepciones, no se hace eco de los problemas que se suscitan en los torneos.

Han sido muchos los que han tenido problemas o los han botado de transmisiones de equipos porque sus dueños entienden que se han “pasado” en sus análisis o comentarios.

Las últimas sanciones que se han aplicado no son las primeras ni serán las últimas, porque todavía, aunque no lo admitan, entre los propietarios de equipos se aposenta un criterio dictatorial, que lo menos que hace es respetar criterios y opiniones contrarias a sus intereses.



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