El retiro, una decisión muy complicada de enfrentar

El retiro es uno de los golpes más extraordinarios, penosos, desagradables y dificultosos que puede “recibir” alguien que por décadas ha sido exitoso, al punto de convertirse en una súper estrella en la actividad que realiza.

Decir adiós no es fácil, ni siquiera cuando sucede en una simple relación de amistad.

Es un momento que no todos saben asimilar, porque conscientes de sus limitaciones, combaten como fieras tratando infructuosamente de derrotar el retiro, sinónimo de aislamiento, soledad y recogimiento. Muy pocos saben, quieren o pueden aceptarlo, sin que deje huellas profundas en su vida.

En la política dominicana, por ejemplo, hay que buscar con un microscopio alguno que se haya retirado sin pelear al máximo, aunque haya que modificar y comprar lo que sea y a quien sea, porque lo importante es continuar mandando.

Los ejemplos en ese campo los tenemos por montones, sin que nadie hasta ahora haya mostrado signos de resignación.

En los deportes esa práctica no es tan común, pero se presentan algunos en que la resistencia al retiro es increíble.

Me refiero a esto para exponer el caso del tenista Víctor Estrella, sin duda alguna el más grande del país, al punto que durante mucho tiempo permaneció entre los primeros 100 del mundo.

Hace menos de dos meses, ganó oro en los Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla, Colombia, en dos modalidades, lo cual indica que todavía es poseedor de calidad en el área.

Ante esa actuación, pedirle que se retire podría parecer una barbaridad, pero el tiempo avanza, y a sus 38 años las condiciones se agotan en un deporte tan exigente.

Todos desearíamos que Víctor fuera eterno, pero su posición actual en el “ranking” de la ATP, el 301, después de estar por años en el top 100, debe ponerlo a pensar.