Santo Domingo.-La práctica de yoga a temprana edad ayuda a los niños a crecer en armonía con ellos y su entorno, de la misma manera que fomenta la autorregulación y la resiliencia, términos que se cuelan en la educación moderna para referirse al crecimiento integral de los jóvenes.
Jaqueline Domínquez, directora del Centro de Entrenamiento para el Bienestar -CEB- Polaris, explica que la autorregulación involucra el desarrollo social, emocional y cognitivo, mientras que la resiliencia se refiere a la capacidad de asumir con flexibilidad situaciones límite y recobrarse de ellas.
Sobre el yoga en preadolescentes, Domínguez asegura que con su práctica los niños aprenden a ejercitarse, desarrollar su confianza y se concentran más concentrados en la escuela, e incluso, como lo revelan varios estudios, logran mejores calificaciones.
Conocerse a sí mismos
Esta disciplina, indica la directora de Polaris, también facilita al preadolescente afrontar los efectos del descubrimiento de sí mismo, de los cambios de su vida, de sus relaciones personales, del “bullying”, de sus estudios, de sus actividades deportivas, sociales y extracurriculares.
Por ser un entrenamiento que trata su mente, sus emociones y su cuerpo físico, el yoga desarrolla en el preadolescente las cualidades de la bondad, compasión y no violencia, aprendiendo con su práctica a ser considerado, generoso, enfocado, fuerte y flexible.
“Además le proporciona balance y sentido de alerta, protegiéndolo frente a la presión diaria y posibilitándole, desde temprana edad, la construcción de una vida más saludable, feliz y plena”, expresa Jaqueline Domínguez.
De acuerdo a Domínguez, el yoga enseña a los niños a perseverar, a ser pacientes y a trabajar hacia una meta, lo cual les servirá de múltiples manera al convertirse en adultos.
