SANTO DOMINGO.-Su alto sentido de compromiso social, ética y solidaridad le han permitido a Yanira Fondeur, presidente de la Fundación Vida Sin Violencia, ser voz de aquellos que no tienen voz a través de una labor encomiable de educar para la paz.

Ella trabaja para erradicar la violencia, en una sociedad carente de valores morales y éticos que desmadra las familias.

Yanira, de trato afable y pensamientos positivos, tiene enraizada en su ADN la visión de que como sociedad “debemos descartar todo tipo de violencia, conscientes de que destruyen las relaciones y las soluciones a los conflictos del diario vivir, si pueden ser resueltas en forma pacífica, con respeto y comunicación asertiva”.

Desde pequeña se perfilaba como una ciudadana comprometida con la vocación de servicio, pues cuenta que de niña quería ser periodista y lo estudió; es egresada de la carrera de Comunicación Social de la UASD.

Sus grandes soportes
Al rememorar esos inicios explica que, gracias a Dios, no tubo trabas, porque tanto su madre como su padre siempre le apoyaron.

Recuerda: “Mami, que en paz descanse, vivía muy pendiente a los noticiarios nacionales e internaciones y yo desde muy joven me veía informando, viviendo la realidad de los hechos y tratando de trasmitir con objetividad y, hasta cierto punto, siendo la voz de quienes quizás no tenían la oportunidad de exponer sus adversidades”.

Inició en el periodismo en el Nuevo Diario, donde llegó a cubrir las fuentes de la Junta Central Electoral y el Senado, luego trabajó por varios años en el entonces TV-13, donde cubría las informaciones del área judicial, también realizó trabajos de Relaciones Públicas.

Gestora de cambios
El año 2009 representa para ella un antes y un después, porque por la voluntad de un grupo de profesionales comprometidas conque fomentaran día a día el buen trato familiar, nació la Fundación Vida sin Violencia Inc. Comenta que se dio tras conocer la labor de ayuda psicológica que ofrece el Centro de Atención a Sobrevivientes de Violencia, creado en la gestión de su esposo, José Manuel Hernández Peguero, en la Procuraduría Fiscal del Distrito Nacional, para lograr la recuperación física, emocional, moral y social de las víctimas.

Educar para la vida
Al hablar de los proyectos educativos que implementa la fundación refiere que van destinados a estudiantes, docentes, padres y madres, juntas de vecinos, miembros de la Policía Nacional, empleados y funcionarios de instituciones públicas y privadas.

Con la asistencia de especialistas en la conducta ofrecen herramientas para prevenir la violencia intrafamiliar, bullying, ciberacoso, manejos de conflictos, primeras señales de violencia en el noviazgo, prevención del abuso infantil, beneficios de la Igualdad de Género, masculinidad positiva, Relaciones Familiares Armoniosas e Inteligencia Emocional, a través de charlas y talleres.

Han desarrollado el proyecto “Promoviendo La Paz en mi escuela”, mediante el cual lograron capacitar a cientos de docentes y miles de estudiantes como promotores de paz, a fin de que sean multiplicadores de la sana convivencia.

Un flagelo social
Fondeur asegura que la violencia contra la mujer es lamentablemente una problemática grave por la persistencia de una cultura patriarcal que continúa viéndola como un objeto de propiedad y que hace a la mujer más vulnerable cuando decide dejar una relación tóxica.

Indicó: “Los avances los podemos lograr fortaleciendo la prevención, para que eduquemos en igualdad de derechos a niños y niñas y fomentemos la masculinidad respetuosa, solidaria, afectiva y corresponsable. Además necesitamos que nuestros legisladores aprueben el proyecto de ley integral de prevención, atención, sanción, reparación a las víctimas de violencia, que tiene más de 10 años en el Congreso”.

Advierte que ni siquiera el término feminicidio está tipificado en el país y en este año se registraron 10 feminicidios íntimo.

Perfil

Nombre: Yanira F.
Edad: 57 años
Carrera: Periodista
Su gran tesoro
Soy muy bendecida cuando almuerzo en familia en nuestro hogar, para mí es un tiempo de calidad con mi esposo, José Manuel Hernández y mis hijos Laura, Pamela y Enrique son tesoros de vida.