WikiLeaks y el aplatanarse
Los pocos cables de la embajada de Estados Unidos en Santo Domingo revelados por WikiLeaks y reproducidos por el periódico español El País han vuelto a poner el dedo sobre la llaga de la corrupción.
En esta oportunidad le da un enfoque importante, digno de tomar en cuenta: prácticas corruptas que dificultan la inversión extranjera.
Esos cables plantean cómo en la siquis de inversionistas subyace el entendido de que la partida para el soborno debe incluirse en sus planes para instalarse en la República Dominicana.
Se habló de aplatanarse, insinuando que la corrupción fuera tan característica de los dominicanos como el mangú.
Tristemente, esa es la imagen que con la impunidad se ha labrado República Dominicana desde hace muchos años.
Los funcionarios y ex funcionarios mencionados directamente por el personal diplomático de Estados Unidos tienen a su disposición diversos medios para defenderse y tratar de limpiar su nombre.
El Gobierno también tiene que usar todos los medios para limpiar el nombre del país ante los inversionistas.
WikiLeaks recibió de su confidente 1,675 cables sobre la República Dominicana y en el acuerdo al que llegaron los cinco medios depositarios de la información se estableció el viernes como fecha para liberar su compromiso de retener las informaciones sobre este país.
Es decir, que en cualquier momento pueden surgir más revelaciones.
Los dos primeros cables, sin embargo, dejan entrever que el Presidente de la República no es compromisario de los casos señalados y que, incluso, actuó, a su estilo, para corregir los entuertos.
Mientras desde el extranjero se entienda que hay que aplatanarse para invertir en la República Dominicana, sea verdad o mentira, no recibiremos los mejores capitales.
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