Violencia de todos

No hay semana en que no sea asesinada una mujer en nuestro territorio. No importan las circunstancias bajo las cuales se aniquila una vida.

Las mujeres mueren cada día en manos de aquellos misóginos.

La violencia machista es alarmante, no solo en nuestro país, sino en todo el mundo y más todavía en sociedades donde la mujer es menos que nada, vilipendiada de una manera atroz en pleno siglo XXI, donde se suponía que a estas alturas la situación sería distinta.

Hay sociedades que en vez de evolucionar con los tiempos involucionan y regresan a la pre-historia.

Los casos de violencia de género no solo le competen al Estado siendo un problema grave de salud pública como bien lo definió la Organización Mundial de la Salud y que afecta a más de un tercio de las mujeres del mundo, sino que es asunto de educación.

La violencia de género es un problema grave familiar, de educación de hogar, donde a muchas mujeres a estas alturas sus propias madres les enseñan a tener que “aguantar” por mantener su estatus de casada, a donde aquellos niños se les enseña desde pequeños a ser “machos” en vez de ser hombres.

Es un problema de educación cuando unos padres, no importa la clase social o estatus que tengan dentro de la sociedad, no se enteran ni les importa dónde su hija pasa el rato y en compañía de quién. Cito el caso reciente de la adolescente asesinada en una cabaña.

El maltrato a la mujer no tiene distinción social, ni nacionalidad ni raza ni edad ni miramientos a la hora de cometer el crimen.

De casos estamos llenos y conocemos muchos en nuestro propio entorno que no se atreven a salir a la luz pública por distintas razones, entre ellas la falta de seguridad que el mismo Estado no les proporciona a estas mujeres y por el miedo a la reacción violenta de sus parejas.

En este país debe haber más control en cuanto a los acusados de violencia doméstica. No es una solución, pero por lo menos puede frenar un poco tantos asesinatos sin razón.

En España, por ejemplo, la violencia machista está causando verdadero repudio. Sólo en lo que va de este año han sido asesinadas 48 mujeres en manos de sus parejas o exparejas. Una alarmante cifra en un país con más desarrollo que el nuestro y donde en teoría las denuncias de maltrato son atendidas.