Valle Nuevo y el bien común
Las autoridades tienen la obligación de actuar teniendo como prioridad la búsqueda del bien común.
No siempre lo hacen.
Intereses particulares nunca pueden sobreponerse al interés nacional, muy en especial cuando este último está amparado en normas jurídicas.
La protección de Valle Nuevo es uno de esos casos en que el bien común debe primar
Su preservación incide directamente en toda la nación, pues estamos hablando de una zona donde nacen afluentes que producen gran parte del agua que se utiliza para la producción en vastas zonas productivas del territorio nacional y para alimentar acueductos de numerosas comunidades.
El Estado tiene la facultad de administrar el uso de los suelos en el territorio nacional, sin que eso implica una afectación del derecho de propiedad.
Está más que demostrado que la utilización de Valle Nuevo para la producción agropecuaria afecta esa zona protegida y por eso está prohibida. Así lo dictan las leyes y además eso va en correspondencia con el bien común.
El Ministerio de Medio Ambiente concedió un plazo de 120 días que venció ayer para que quienes tenían cultivos lo cosecharan y pusieran fin a la explotación agropecuaria.
No debe haber marcha atrás, aunque algunas familias resulten afectadas.
Se pueden buscar alternativas para sustituir estas actividades, que realizaban a sabiendas de que no estaba permitido y por la que incluso fueron desalojados en la década de los noventa, pero nunca sobre la base de permitir la degradación de Valle Nuevo.
El Ministerio de Medio Ambiente tiene una gran responsabilidad sobre sus hombros, esperamos que actúe al nivel que se le requiere.