- Publicidad -

- Publicidad -

Urgencias peligrosas

Editorial El Dia

Las autoridades de tránsito, en su empeño por inducir algo de orden en el tráfico de vehículos en el Distrito Nacional, han intervenido algunas vías del Polígono Central y, en combinación con esta iniciativa, avanzan planes como el del escalonamiento de la entrada y salida de oficinas públicas.

Hay, sin embargo, un componente clave para el desenvolvimiento en las vías públicas con un mínimo de seguridad que está siendo dejado de lado: el elemento humano.

Tal vez no sea sencillo conseguir una actitud inteligente, responsable y defensiva en las vías, de quienes andan al volante de vehículos pequeños o muy grandes.

No sólo porque, como han informado Interior y Policía y la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre, en operaciones aleatorias pueden ser encontrados conductores con mucho alcohol en la sangre, sin licencia para conducir ningún tipo de vehículos de motor y algunas otras faltas, sino porque en vías atestadas como las del Gran Santo Domingo ignoran o aceleran ante la luz amarilla de semáforos y siguen pasando hasta cinco segundos después de haberse encendido la luz roja para ellos.

Este comportamiento es comprobable en cualquier vía, y posiblemente en cualquier lugar del país, pero se hace muy notorio en un momento en que la atención sobre el tráfico de vehículos, el embotellamiento de las vías y los esfuerzos para ordenarlos, consumen un notable caudal de energías.

Posiblemente las únicas intersecciones con el paso controlado por semáforos en las que los conductores son puntuales ante las señales de parada son aquellas con un agente de la Digesett controlando el tránsito, pero en estos casos la impaciencia predomina, ¿por qué? Porque nadie está de acuerdo con los tiempos de uno de estos policías.

¿Para qué momento de este proyecto de mejora del tráfico de vehículos está siendo relegada la intervención de las conductas?
Es una de nuestras muchas urgencias.

Etiquetas

Artículos Relacionados