
Desde el punto de vista hospitalario, el sistema de salud dominicano —desde las vertientes pública y privada— se nos presenta robusto, extendido por todo el país y hasta eficiente.
La inauguración el día 30 de septiembre del hospital clínico-quirúrgico de alta tecnología, con seis niveles, 14 quirófanos y 232 nuevas camas en la Ciudad Sanitaria Doctor Luis Eduardo Aybar, en María Auxiliadora de la Capital, es la muestra más reciente de las grandes inversiones públicas en la instalación de una red hospitalaria de alto nivel.
Con la vista puesta en el entorno internacional, el presidente Luis Abinader dijo en la ocasión que el hospital inaugurado es el más moderno de la región.
Ayer, en el encuentro de los medios del Grupo de Comunicaciones Corripio, los representantes de dos agencias de la ONU, Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, y de la Organización Panamericana de la Salud/OMS, dejaron ver que los estilos de vida, la disponibilidad de alimentos y el bienestar, están afectando la salud de los dominicanos de manera significativa.
Obesidad, hipertensión y diabetes fueron mencionados entre las consecuencias de que el pueblo dominicano tenga menos hambre cien años después de las grandes carencias alimentarias descritas por José Ramón López en su opúsculo “La alimentación y la raza”.
Para enfrentar estas lamentables consecuencias del bienestar, la representante de OPS/OMS en el país, Alba María Ropero, afirmó que no sirve de mucho una extendida red hospitalaria pública y privada en la que se pueden encontrar tratamientos. Hace falta la atención primaria en salud, menos ostentosa, pero posiblemente más efectiva.
Esto implicaría, según esta funcionaria de la ONU, prevención en salud, lo que reclamaría una población consciente de la importancia de una buena alimentación, hábitos saludables de vida y un enfoque intersectorial que involucre a Salud Pública y a otras instituciones del Estado.