Una visión keynesiana
El presidente Luis Abinader prefiere decantarse por la teoría Keynesiana de mantener o aumentar el gasto público para enfrentar la actual crisis económica.
EL DÍA ha planteado en varias ocasiones que no es tiempo de reducir el gasto, que se requiere poner dinero en manos de la gente para incentivar el consumo.
El Presidente y economista ha puesto un énfasis, que “se gastará igual o más que antes, pero con un gasto de mayor calidad”.
Así sea.
Pero ese gasto debe dirigirse a poner a los ciudadanos en capacidad de consumir, lo que a su vez dinamizaría el comercio y la industria.
Eso a su vez crearía empleos para atender la demanda de bienes y servicios que ofrecerán el comercio y la industria. Es un círculo virtuoso.
Muchos discípulos de Keynes ven en la construcción el instrumento más eficaz para un gasto público tendente a activar la economía. Y no se equivocan.
Pero el comercio transporta la sangre que revitaliza el aparato económico.
El Gobierno debe gastar más y mejor, pero teniendo presente que de lo que se trata es de que la gente pueda hacerlo también.
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