Una heroína anónima

Una heroína anónima

Una heroína anónima

A la mayoría de los dominicanos les mencionan el nombre de Margarita Báez y no le diría nada. Solo le abriría una interrogante.

Sin embargo, esa mujer desconocida impactó de manera positiva en la vida de miles de personas que cuando niños, adolescentes o jóvenes, pasaron por sus manos.

Incluso personas que la vida los condujo por caminos errados tienen en esa mujer el origen de recuerdos que les hacen sonreír.

¿Por qué una mujer desconocida motiva una nota editorial?
Porque Margarita Báez, cuyo fallecimiento se produjo la semana pasada, encarna la naturaleza de miles de maestros que asumen su misión más allá de lo estrictamente laboral.

Esta maestra dedicó sus años de juventud y adultez a la educación en el barrio de Cristo Rey. Sentía que era responsable del rendimiento de cada uno de sus alumnos, pero sabía que trabajaba con seres humanos complejos, sedientos de atención y comprensión, en un barrio lleno de problemas familiares.

Por eso Margarita Báez no pasó desapercibida en la vida de sus alumnos, trascendiendo incluso al ámbito familiar.
Los maestros integrales, los que impactan en la vida de las personas, son los que hacen falta en las escuelas, pero cada vez escasean más.

Están siendo sustituidos por profesores gremialistas que miran al alumno sólo como una estadística, incluso hasta como un fastidio.

Existe una tendencia mundial a la deshumanización de la educación y cuando se habla de medir resultados, sólo se piensa en el medio de producción, obviando que el verdadero resultado que debe medir la escuela es la calidad del ser humano.

Nuestro pésame a los que viven el duelo por la muerte de la profesora Margarita Báez, una mujer que representa a tantas heroínas y héroes que encuentran en las escuelas el medio para ejercer a plenitud su vocación de servicio.



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