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Santo Domingo.-El imponente Palacio de Justicia de Santo Domingo bulle de actividad y conversaciones cruzadas. Abogados y jueces caminan con pasos largos por sus recintos en sus togas y birretes negros inmaculados, mientras los acusados pasan arrastrando los pies, con la cabeza gacha, escoltados por policías.
En un pequeño despacho del segundo piso, en el que se apiñan los expedientes en los estantes, una jueza, que solicitó reserva de su identidad, habló con InSight Crime sobre los casos de corrupción de alto nivel que han acaparado las primeras planas del país en los últimos años.
