Un trabajo permanente
Hay organismos, instituciones, ministerios y dependencias autónomas del Estado que tienen una naturaleza de ser muy específica. Uno de ellos es el Ministerio de Interior y Policía, con un mandato constitucional para hacer un trabajo permanente, no de manera excepcional.
Tiene el ministerio de marras la responsabilidad de defender la paz pública y el libre tránsito, pero además tiene competencia en cuanto a proteger las vidas y los bienes de los ciudadanos.
Eso debe hacerse de manera permanente. No de forma excepcional, cuando se produzcan o anuncien manifestaciones sociales o políticas en el país que involucre la movilización de masas.
Y de manera permanente significa que ese servicio de defender la paz pública y el libre tránsito por calles y barrios de las ciudades, así como proteger las vidas y los bienes de los ciudadanos tiene que tener una cobertura de 365 días al año.
Ese trabajo, si se asumiera permanentemente, se traduciría en menos delincuencia en las calles. Y no la descomposición social y la oleada de delincuencia que a diario impide el libre tránsito por ciertas zonas y barrios.
Tenemos una delincuencia que ya es temible por su naturaleza y capacidad de propagación.
Una delincuencia que por periodos se crece de manera peligrosa y atenta contra la vida y los bienes de los ciudadanos y hace añicos la paz pública. No tenemos duda de que en esa dirección es que debe dirigirse todo el poderío de defensa y la responsabilidad constitucional del Ministerio de Interior y Policía.
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