El mundo ha salido airoso del atraso y la mediocridad por las ideas de mentes prolíferas que han trabajado afanosamente para salir adelante, no importan las circunstancias adversas.
Han sido esos soñadores e ilusos los que han conducido las naves a puertos seguros, para vencer el pesimismo de una mayoría que normalmente genera pocas o ningunas ideas fructíferas.
Sin embargo, no siempre esas ideas pueden fructificar, en especial en ambientes subdesarrollados en todos los órdenes.
Y ese es el caso sobre un pedimento que realizó ayer Cristóbal Marte para que el Estado, a través del Banco Central, le asigne 108 millones de pesos anuales, con el compromiso de llevar a la selección nacional a la conquista de un título mundial.
Esa inversión para países como Brasil, el cual Marte toma como ejemplo, no es nada del otro mundo, si se toma en cuenta que es en la actualidad una de las 10 economías más grandes del mundo.
Marte sueña, y como soñar no cuesta nada, debe llevar esa idea a donde lo escuchen y puedan darle apoyo.
Ahora, hay que ser muy iluso para creer que un país donde hay miles de niños sin escuelas, caminos vecinales inservibles, hospitales sin medicamentos básicos, instalaciones deportivas a medio construir, se pueden asignar 108 millones anuales para ese proyecto, al cual nadie puede asegurar el éxito, porque en esa actividad vaticinar es sumamente arriesgado.
Creo que Cristóbal Marte, como director de desarrollo del voleibol femenino dominicano, y actual vicepresidente de la Federación Internacional, debe realizar diligencias para que reconocidas empresas multinacionales ligadas al patrocinio deportivo se interesen por el proyecto, porque sería una inversión altamente rentable, si conduce a la selección nacional a obtener un título mundial.