
República Dominicana ha sido colocada en las grandes ligas de la lucha global contra el narcotráfico y el crimen organizado con el anunciado apoyo de Estados Unidos para optar por la dirección de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
Ese anuncio público es un inusual reconocimiento de la diplomacia estadounidense a la creciente relevancia de nuestro país en la agenda internacional de seguridad, justicia y lucha contra el crimen organizado.
La UNODC es uno de los órganos más estratégicos de las Naciones Unidas, responsable de articular políticas y asistencia técnica contra las drogas ilícitas, la corrupción, el lavado de activos, la trata de personas y el terrorismo.
Su dirección otorga voz y liderazgo en temas que marcan la estabilidad mundial. Que una nación caribeña y latinoamericana pueda aspirar a ese sitial, con el apoyo de la principal potencia global, envía un mensaje claro de confianza y credibilidad.
El respaldo estadounidense, además, coloca a República Dominicana en una posición de influencia sin precedentes dentro del multilateralismo. Implicaría que desde Santo Domingo podrían impulsarse enfoques más equilibrados, sensibles a las realidades de países de ingresos medios que, como el nuestro, enfrentan los desafíos del narcotráfico y la criminalidad trasnacional con recursos limitados, pero con determinación firme.
No obstante, un eventual liderazgo dominicano en la UNODC también nos obliga a mirarnos hacia dentro. El país debe continuar fortaleciendo su sistema de justicia, transparentando sus instituciones y consolidando sus políticas de prevención y control. La coherencia será clave para que nuestra voz tenga legitimidad en la escena internacional.
Es importante resaltar que la propuesta de que República Dominicana se postule provino de Estados Unidos y no fue un pedimento local. Eso dice mucho del nivel de confianza que en esa materia ha ganado el país.
Ahora corresponde prepararse para estar a la altura de esta oportunidad histórica, que podría situar al país en el corazón de la lucha global contra el crimen organizado y el narcotráfico.