Santo Domingo.-La iniciativa del actor y director de teatro Antonio Melenciano de hacerle un musical a Johnny Ventura, es loable, estreno que se llevó a cabo el jueves en el Palacio de Bellas Artes para la prensa y patrocinadores.
Fue una puesta en escena con la ausencia del proceso de curaduría que necesita un musical.
Lamentablemente, el estreno tuvo muchos errores técnicos. La dirección del musical exhibió descuidos en casi todos los niveles. Muchos directores teatrales suelen decir: actuar a la par de llevar el plan maestro de la obra es una locura.
En este caso, según el programa, Melenciano llevaba la dramaturgia, dirección y producción general, letra y música de canciones originales.
No acertado
Como recurso estético, la orquesta en el fondo fue un desacierto, no fue bello, poético o simplemente coherente, pues no sumaba como hilo conductor del musical.
Otro golpe mortal en la dirección fue elegir una forma de contar la historia de Johnny a través del distanciamiento.
El creador de la técnica fue Bertolt Brecht, recurso utilizado en el teatro político para abrir los ojos del espectador sin que se identificara con los personajes o haga catarsis.
Aquí el distanciamiento lo hacía Johnny el abuelo (Cristian Soriano) y su nieto (Nelson Sánchez), quienes siempre permanecían en un mueble y cuando había escenas emotivas del recuerdo, ellos eran iluminados por un perseguidor, se apagaban las otras luces y rompían la atmósfera que se pudiera generar.
Nunca iba a poder leerse una historia conmovedora, ya que como estilo o condición técnica no era lo más acertado.
Dramaturgia
Es el arte de crear una obra de teatro; y la del musical fue lineal, carente de puntos de giros importantes, conflictos insuficientes, fue insatisfecha, volátil.
A nivel estructural también es contraproducente, por querer unir dos historias que no lograron ser escritas bajo el auxilio de la técnica y teoría de la dramaturgia. Parecía un homenaje y no una historia que pudo encajar en ser teatro documental o teatro biográfico musical.
Actuaciones a mejorar
Jaime Viñas en su interpretación estaba sin volumen, sin vibrato, con una voz débil, tímida y sin apoyo interpretativo.
Juan Brazobán, en el papel de Johnny joven, debió debutar con más presencia actoral y vocal. Iván Mejía y Ana Javier, quienes lograron las mejores actuaciones, para un próximo deben mostrar más sus cualidades.
Final
El diseño musical y de composición debió alimentarse de la diversidad de Johnny Ventura.
No hubo cambios estructurales ni enriquecimientos rítmicos. Melenciano es un profesional con mucho talento, pero debe seguir trabajando, rescatar su fuerza creadora y continuar creando esa línea de musicales criollos, que tanto necesitamos, con mayor calidad.