Un hotel o un hospital

Un hotel o un hospital

Un hotel o un hospital

En una reunión en el Palacio Nacional con 114 juntas de vecinos de la provincia El Seibo, el presidente Luis Abinader anunció la conversión del Hotel Santa Cruz, construido hace veinte años, en un hospital o centro para el tratamiento de pacientes de cáncer.

Muchos seibanos, particularmente del municipio cabecera, deben de tener unas dos décadas suspirando porque el referido hotel —construido sobre una colina, bien aireado y con la mejor vista del pueblo y sus contornos— sea puesto en funcionamiento. Estos suspiros son particularmente notables entre visitantes y seibanos ausentes, que a veces deben irse a pueblos vecinos en busca de un lugar para dormir.

La afirmación del presidente Abinader de que la instalación, acaso afectada por el tiempo sin uso y sin las debidas atenciones, será aprovechada para dar atenciones especializadas a pacientes de cáncer, debe de haber caído como agua fría en una mañana de enero.

Se trata, sin embargo, de una idea en la que seibanos y otros pobladores de la región Este deben acompañar al presidente. Un hotel es un establecimiento comercial, y el Santa Cruz no ha sido puesto en operación por adolecer, precisamente, de factibilidad económica.

¿Para qué le sirve a El Seibo y los seibanos un elefante blanco? Para nada. El único que parece en condiciones de abrirlo y ponerlo en funcionamiento es el Estado. Si fuera un buen negocio muchos estarían peleándose por él.
Un hospital como el anunciado garantiza que alguien aprovechará la inversión que se hizo al levantarlo y la que deberá hacerse para acondicionarlo.

Tal vez al poner en operación este hospital especializado el gobierno recuerda que está en deuda con esta población, a la que le debe la terminación efectiva del hospital Doctor Teófilo Hernández.



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