Santo Domingo.-Un día como hoy, pero en el año 1883, nació Benito Amilcare Andrea Mussolini, periodista, militar, político y dictador italiano. Primer ministro del Reino de Italia con poderes dictatoriales desde 1922 hasta 1943, cuando fue depuesto y encarcelado brevemente.
Más tarde escapó gracias a la ayuda de la Alemania nazi, y asumió el cargo de presidente de la República Social Italiana desde septiembre de 1943 hasta su derrocamiento en 1945, y posteriormente muerte por ejecución.
Mussolini —también conocido como el Duce— pasó de ser el número 3 en el escalafón del Partido Socialista Italiano y dirigir su rotativo Avanti!, a promover el fascismo dentro de Italia.
Durante su mandato estableció un régimen cuyas características fueron el nacionalismo, el militarismo y la lucha contra el liberalismo y contra el comunismo, combinadas con la estricta censura y la propaganda estatal.
Mussolini se convirtió en un estrecho aliado del canciller alemán Adolf Hitler, caudillo del nazismo, sobre quien había influido. Bajo su gobierno, Italia entró en la Segunda Guerra Mundial en junio de 1940, como aliado de la Alemania nazi.
Tres años después, los aliados invadieron el Reino de Italia y ocuparon la mayor parte del sur del país. En abril de 1945, trató de escapar a Suiza, pero fue capturado y fusilado, cerca del lago de Como por partisanos comunistas. Su cuerpo fue llevado a Milán, donde fue ultrajado.
Hoy compartimos una lista de frases del déspota que marcaron una época, publicadas por etapedia.org.
«Nuestra lucha es más ingrata, pero es más hermosa porque nos exige contar solamente con nuestras propias fuerzas. Nosotros hemos rasgado todas las verdades reveladas, hemos escupido sobre todos los dogmas, hemos rechazado todos los paraísos y escarnecido a todos los charlatanes -blancos, rojos o negros- que ponen a la venta drogas maravillosas para hacer feliz al género humano».
(1/1/1920, en Il Popolo de Italia)
«El fascismo no es una iglesia, sino más bien una palestra. No es un partido, es un movimiento. No tiene un programa utópico para el año dos mil, por la sencilla razón de que el Fascismo construye día a día el edificio de su voluntad y de su pasión».
(23/3/1921, en Il Popolo de Italia)
«A un pueblo le es necesaria la disciplina para alcanzar la potencia. La potencia es la resultante de una coordinación de esfuerzos de todos los ciudadanos, que se sienten cada cual en su sitio y todos dispuestos a cumplir su deber».
(20/9/1922, en Udine)
«La democracia ha quitado estilo a la vida del pueblo. El Fascismo se lo devuelve al darle una línea de conducta, esto es, color, fuerza, pintoresquismo, sorpresa y mística, todo aquello en fin, que cuenta en el alma de la multitud».
(4/10/1922, en Milán)
«Todo lo que hacemos es por el bien de Italia. La disciplina es el mejor requerimiento de Italia. El equilibrio y la conciliación son las bases de nuestra política extranjera».
(29/10/1922, al corresponsal de United Press)
«No tenemos más que un amor: Italia. Ay de aquél que quiera dañarla! La Biblia dice en su doctrina «ojo por ojo, diente por diente». Nosotros decimos: «dos ojos por un ojo y dos dientes por un diente».
(30/10/1922, al corresponsal del Chicago Tribune)
«Mi ambición, señores, es una sola y no me importa trabajar catorce o dieciséis horas al día para conseguirla y aun daría con gusto mi vida. Mi ambición es ésta: hacer fuerte, próspero, grande y libre al pueblo italiano».
(8/6/1923, en Roma)
«Me enorgullezco de ser lo que soy, esto es: un hombre que antes de imponer sacrificios a los demás se los impone a sí mismo y que antes de llamar a la disciplina a los demás se somete a esa disciplina».
(19/6/1923, en Roma)
«Libertad, sin orden ni disciplina significa disolución y catástrofe».
(24/10/1923, en Roma)
«El fascismo italiano no ha sido tan solo una revuelta política contra los gobiernos débiles e incapaces que habían dejado perder la autoridad del Estado y amenazaban detener a Italia en el camino de su mayor desarrollo, sino que ha sido una revolución espiritual contra todas las viejas ideologías que corrompían los sagrados principios de la religión, de la Patria y de la Familia. Como revuelta espiritual, el Fascismo ha sido expresión directa del pueblo».
(5/1/1923, mensaje al pueblo ingles)
«Los fundadores del partido en 1919 eran muy pocos y los votos fascistas depositados en los comicios de ese año en Milan sumaron 4.700. En 1921 los miembros del partido llegaron a 20.000. En 1922 llegué a la conclusión de que la revolución era inevitable».
(23/3/1924, teatro Costanzi, Roma)
«La libertad no es un derecho, es un deber. No es un don generoso, es una conquista. No es una igualdad, es un privilegio».
(24/3/1924, en Roma)
«El fascismo no es, no puede y ni quiere ser la guardia de los privilegios del individuo o de la clase, sino que quiere ser la guardia que tutela la seguridad y la grandeza indudable del pueblo italiano».
(21/9/1924, en honor de Giovanni Pascoli, en Roma)
«Yo amo al pueblo italiano, lo amo a mi manera: mi amor es el amor armado, no el amor cursi y enclenque sino el severo y viril. La indisciplina, las impaciencias y las protestas están limitadas a una minoría de politicastros sin influencia ni acuerdo».
(24/9/1924, en Asti)
«Italia tendra la paz y se la daremos con amor si es posible o con la fuerza si es necesario».
(3/1/1925, en Roma)
«Los mejores fascistas obedecen en silencio y trabajan con disciplina. Nosotros decimos: primero los deberes, luego los derechos».
(23/10/1925, al Sindicalismo)
«Camaradas: el programa sigue siendo este: combatir. Para nosotros los fascistas, la vida es un combate continuo e incesante, que aceptamos con una gran desenvoltura, con un gran valor. Con la intrepidez necesaria».
(28/3/1926, aniversario de la fundación de los fascios)
«Los fascistas deben ser doblemente disciplinados: como fascistas y como ciudadanos».
(7/4/1926, en Roma)
«La organización corporativa del Estado, ya es un hecho consumado. El estado democrático y liberal, débil y agnóstico, ya no existe. En su lugar ha surgido el Estado Fascista».
(19/5/1926, La Organización Corporativa)
«Es el fascismo el que ha reformado el carácter de los italianos, eliminando de nuestras almas toda escoria impura, templandolas para todos los sacrificios y dando así al rostro italiano su verdadero aspecto de fuerza y de belleza».
(25/5/1926, en Pisa)
«El fascismo no es un partido, es un régimen. No es solamente un régimen, sino una Fe. No es solamente una Fe, sino una religión que está conquistando las masas trabajadoras del pueblo italiano».
(18/8/1926, en Pésaro)
«El Fascismo hoy, es más fuerte que nunca en su historia y es indestructible. La prueba de ello está dada por los mismos que recurrren al crimen como a una última esperanza para destruir un régimen basado en el apoyo del pueblo, esperanza vana, puesto que nada, ni aun la muerte misma, podrá eliminar al fascismo como idea y como fuerza constructora o como algo que ahora se ha convertido en un patrimonio para todos los italianos. Las balas pasan, Mussolini queda».
(7/11/1926, mensaje al pueblo ingles)
«Hoy día no se concibe un individuo fuera del Estado, sino el individuo salvaje, que no puede reivindicar más que la soledad y las arenas del desierto».
(12/5/1928, en Roma)
«Que no se pretenda negar el carácter moral del Estado Fascista, porque a mí me daría vergüenza hablar desde esta tribuna, si no sintiese que represento la fuerza moral y espiritual del Estado. Qué sería el Estado si no tuviese su espíritu, su moral, lo que da fuerza a sus leyes y gracias a lo cual consigue hacerse obedecer por los ciudadanos? El Estado Fascista reivindica plenamente su carácter ético: es católico, pero ante todo es fascista, exclusiva y esencialmente fascista. El catolicismo es parte integrante de él, nosotros lo declaramos abiertamente, pero nadie piense cambiar las cartas por sutilezas filosóficas o metafísicas».
(13/5/1929, en Roma)
«El sentido del Estado se agranda en la conciencia de los italianos que sienten que sólo el Estado es la garantía insustituíble de su unidad y de su independencia: que solamente el Estado representa la unidad en el porvenir de su estirpe y de su historia».
(25/10/1929, en Roma)
«Cuando un filósofo finlandés me rogó recientemente que le diese en una frase, el sentido del fascismo, yo escribí en aleman: Nosotros estamos contra la vida cómoda».
(1932, en Milan)
«Yo soy vuestro jefe y como tal estoy siempre dispuesto a asumir todas las responsabilidades. Hay que ser inflexible para consigo mismo, fieles a nuestro credo, a nuestra doctrina, a nuestro juramento, sin concesión alguna a las nostalgias del tiempo pasado o a las catastróficas anticipaciones del porvenir».
(17/10/1932, en Roma)
«Para el fascismo el mundo no es este mundo material, tal como aparece en la superfecie, y donde el hombre es un individuo separado de todos los demás y dejado a sus propios medios… El fascismo afirma el estado como la auténtica realidad del individuo.»
(29/10/1934, discurso en Roma)
«Solamente Dios puede doblegar la voluntad del fascismo, los hombres y las cosas, jamás».
(3/12/1934, en la fiesta «Victoria del Trigo»)
«El pueblo es el cuerpo del Estado, y el Estado es el espíritu del pueblo. En la doctrina fascista, el pueblo es el Estado y el Estado es el pueblo. Todo en el Estado, nada contra el Estado, nada fuera del Estado.»