Un comité de siete honorables

Un comité de siete honorables

Un comité de siete honorables

Anoche me soñé con un grupo de personas. ¿Qué tenía mi sueño de especial? Me percaté de inmediato que el singular conjunto era una especie de comité funerario, formado por siete honorables difuntos.

Todos estaban vestidos con un atuendo morado. Además tenían un lazo rojo atado a la cintura. En los pies calzaban sandalias. No conocía a ninguno. Entre ellos hicieron una consulta, en voz baja. No recuerdo cuanto duró ese proceso. El tiempo que corre y define a diario la vida no tiene sentido cuando se trata de un sueño.

El principal, con un rostro gris, lúgubre, avanza y se coloca frente a mí. Escucho de sus labios un nombre: José Martín Robles Perch. No estaba equivocado. Soy yo.

Los seis restantes, de inmediato, se movieron bajo los dictados de una orden que no escuché y formaron un círculo abierto, detrás de él.

No me pareció extraño que, una vez dicho su nombre, el primero pasara a presentar a los demás, con una voz de ausencia, amablemente.

No había música. No había ruidos de ninguna índole. Era un ámbito abierto y níveo, inmensamente vacío.

No recuerdo ninguno de los siete nombres. Eso tampoco era importante. Dos rostros de mujeres distingo. Tienen el pelo recogido, sujetado por mallas negras. En ese lugar incierto éramos, contándome yo, ocho personas. Todos se comportaron con absoluta educación, sin premura, esencialmente leves, circunspectos y muy ceremoniosos.

El rostro de cada uno estaba inmaculado, sin contaminar, limpios de emociones.

En la mañana todavía en mis labios tenía una sonrisa de felicidad pintada; y del sueño recordé un momento clave: siete manos abiertas se extendieron hacia mí con un propósito explícito.

En ese momento todo cobró sentido.

Era un comité de recibimiento; y los siete integrantes avanzaron resueltos a mi encuentro.

El rostro se les llenó de encanto; y ya, a punto de tocarme, algo insólito ocurrió.

Desperté.



Rafael García Romero

Rafael García Romero. Novelista, ensayista, periodista. Tiene 18 libros publicados y es un escritor cuya trayectoria está marcada por una audaz singularidad narrativa, reconocido como uno de los pilares esenciales de la literatura dominicana contemporánea. Premio Nacional de Cuento Julio Vega Batlle, 2016.