Un camino vacío hacia la nada… (1)

Un camino vacío hacia la nada… (1)

Un camino vacío hacia la nada… (1)

Dra. Patricia E. Acra

*Por Dra. Patricia E. Acra

Nos están proponiendo imponer un cambio a las tradiciones del pasado, con las que crecimos por generaciones: El Hada Madrina de la Cenicienta de Amazon Prime es ahora un hombre de denominación de género queer o fluido (género que engloba “todas” las minorías sexuales juntas en una misma persona)… Superman es ahora abiertamente bisexual.

Ante estos cambios que nos proponen, como sociedad nos planteamos: ¿Es la Política de Género el camino a seguir? Desearía responder a esa pregunta con otra: ¿La implantación de la Ideología de Género nos conduciría a un camino  de desarrollo pleno de nuestros niños y jóvenes en el área de la ética y la moral, valores básicos que verdaderamente enaltecen a la humanidad? La respuesta se hace obvia: la Ideología de Género se opone a ellos con radicalidad. Desde sus mismos fundamentos, esta ideología establece que es necesario combatir todo principio moral que se oponga a sus leyes.

Vitit Muntarbhorn, un experto de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), entidad que claramente promueve la Ideología en nuestro país, durante una conferencia en el 2017, declaró la intención dictatorial de acallar a los oponentes, sobre todo religiosos, una vez que esta ley de “No Discriminación”  lleve a cabo su imposición en las sociedades: “La libertad de expresión y la libertad religiosa no son derechos absolutos y podrán ser limitados si es necesario para que los derechos LGBT sean defendidos”, afirma Muntarbhorn.

Lo han dejado bien claro: la libertad de la expresión y la libertad religiosa no serán considerados sino más bien sometidos una vez establecida la “Ley de No Discriminación”. Esta postura se confirma de nuevo en el informe oficial de la ONU en julio de 2019, cuando el experto Madrigal-Borloz hizo un llamamiento a los gobiernos a luchar contra las religiones que no abrazan los derechos LGTBQI. (El experto LGTB en la ONU, Vitit Muntarbhorn, defiende coartar la libertad religiosa). Recuerden que, para ese mismo año 2019, se intentó eliminar de nuestra amada bandera el escudo que contiene la Biblia abierta y se intentó implantar la Educación Sexual Integral en nuestras escuelas, haciendo evidente la flexibilidad a la presión internacional que estamos recibiendo.

Hagamos referencia breve, por ejemplo, a los Mandamientos, base y cimiento de la doctrina de las tres religiones principales de la humanidad. (Ex. 20 y Dt.5).

El primer y más importante Mandamiento de todos, señala: “Amarás a Dios sobre todas las cosas.” La Ideología, sin embargo, instruye a los niños a que se amen a ellos mismos sobre todas las cosas y que rompan con su imagen y semejanza con Dios para recrearse ídolos falsos con su propia imagen.

El cuarto Mandamiento pide: “Honrar Padre y Madre”. La Ideología de Género, por su lado, nos invita a honrar a dos padres o dos madres, o peor aún, nos propone desvincularnos de nuestros progenitores en caso de que interfieran con el proyecto apoyado por esta ley. Así le sucedió a Robert Hoogland, quien en marzo de este año 2021 fue detenido y llevado a prisión por orden del Fiscal General de la Columbia Británica bajo la acusación de abuso infantil por el mero hecho de referirse a su hija con los pronombres femeninos en vez de los masculinos que ella deseaba.

Pero, sigamos con los Mandamientos… Mientras el sexto Mandamiento dirige nuestra sexualidad hacia el autocontrol y el pudor al pedirnos: “No cometer actos impuros”, la ideología de Género educa hacia una conducta sexual hedonista y desordenada, promoviendo el placer y la experimentación sexual como el camino hacia la autoafirmación.

Y, cuando el décimo Mandamiento nos pide: “No codiciar bienes ajenos”, la Ideología de Género nos empuja, no solo a codiciar obsesivamente un cuerpo diferente al nuestro, sino a llegar a obtenerlo mutilando las partes sanas y funcionales del propio y así esclavizarnos sometiéndonos a tomar de por vida medicamentos no creados con este propósito.

¿Hasta dónde hemos llegado como humanidad en la expresión de tal codicia? ¡Hasta deshumanizarnos! ¡Literalmente! Karen, un transgénero femenino (paso de hombre a mujer) que luego se sintió atrapado en un cuerpo animal y decidió ser caballo (transespecie o zoosexual), y pide al estado que asuma los costos de su cirugía de cambio de especie. De no hacerlo, recurrirá a los tribunales por discriminación. Luego podrá mantener relaciones sexuales con los animales. Paul, de 52 años de edad, casado por 23 años y con siete hijos. Decidió dejar a su esposa y a sus hijos para transformarse en una niña de seis años (transgénero y transedad). Paul fue adoptado por una pareja, asiste a la escuela y, si besa o toca a niños en la escuela donde asiste, no se podrá considerar pedófilo porque lo deben tratar como se percibe, de lo contrario sería discriminatorio. Que profunda rebeldía de la creatura contra su creación y contra su Creador.

Pudiéramos entonces concluir, ante la obvia evidencia, que la Ideología de Género, a través de la implantación de la Ley de “No Discriminación”, procura primordialmente desintegrar las familias e imponer al ateísmo como la elección de la espiritualidad de los pueblos, porque bien saben sus promotores que solo desarraigándonos de la estabilidad que proporcionan los firmes pilares de la fe y la familia, quedaran nuestros hijos expuestos a su merced para ser moldeados y manipulados a su conveniencia. Con razón muchos expertos consideran que estamos ante una Dictadura, un Marxismo Cultural, ante la mayor revolución antropológica de la historia de la humanidad.

Este discurso no es en contra de los que pertenecen al colectivo LGBT, sino en contra del adoctrinamiento que proponen imponer y en contra del control político externo con el que desean someter nuestra sociedad.  Y, sí, en ese sentido, deberíamos estar todos unidos como un solo pueblo, defendiéndonos de tal imposición, antes de que sea demasiado tarde.

¡No nos dejemos engañar! Cerremos las puertas a esta imposición sin fundamentos, puramente ideológica, que se esconde desapercibidamente disfrazada de progreso y salvación, pero que realmente representa un descenso, un sacrificio social, moral y cultural, a cambio de entregar nuestro Estado al globalismo y a cambio de sellar con herencia de esclavitud a nuestros hijos y a tantas generaciones de dominicanos aún por venir, al conducirnos irremediablemente por un camino vacío hacia la nada…



El Día

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