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Con una curiosa escena se encontró el fotógrafo John Goodrige. El contemplaba un barco lleno de turistas esperando ver a las ballenas en la costa de Sidney.
Llevaban horas esperando, cuando por fin una ballena salió del agua a unos cuantos metros, pero ellos estaban mirando para otro lado.
Lo que pasa es que hacía tan solo ocho minutos que la ballena había salido del lado contrario, así que estaban esperando que volviera a salir del mismo lado.